4 sep (EFE).- Tras doce años como número dos del Ayuntamiento de París, Anne Hidalgo -nacida en Cádiz (sur de España), pero francesa de adopción- aspira a convertirse en la primera alcaldesa de la capital de Francia, un puesto que, según los sondeos, logrará en las municipales de 2014.
De conseguirlo, sería un gran éxito para una hija de inmigrantes españoles que llegó a Francia con poco más de dos años, obtuvo la nacionalidad con 14, ingresó en el Partido Socialista (PS) con 35 y se lanzó a la política con 41.
Ahora, con 53 años, esta doctora en Derecho, que trabajó durante años como inspectora de trabajo, aspira a lograr uno de los puestos de más lustre de Francia.
Hidalgo se apoya en la herencia lograda por Bertrand Delanoë, que tras doce años en el cargo dejará la alcaldía con un buen capital de crédito y que ha señalado a su número dos como la sucesora natural.
Delanoë arrebató a la derecha la capital en 2001, tras 130 años de gobiernos conservadores que habían dominado el municipio desde que en tiempos de la Comuna fuera alcalde Jules Ferry.
Se benefició de una división en la derecha, pero en 2008 ganó con brillantez la reelección.
Hidalgo tendrá que confirmar el giro progresista y, para ello, deberá combatir resistencias dentro y fuera de su partido, donde a menudo se la tacha de sectaria y se estigmatiza su falta de capacidad para el diálogo.
La candidata a la alcaldía ha asumido en los últimos años los asuntos más importantes del Ayuntamiento, con la cartera de urbanismo bajo el brazo, lo que le ha situado en la primera línea de la crítica.
En interno, Hidalgo ha jugado en las peleas intestinas del PS, a menudo a la sombra de Delanoë, peso pesado de la formación, pero en ocasiones en solitario, como cuando decidió encarnar la revuelta femenina contra Ségòlene Royal durante las elecciones presidenciales de 2007.
Todo ello le ha generado un cierto carisma, pero también desgaste, un bagaje que tendrá que arrastrar en el año y medio que resta hasta que los parisienses decidan el nombre de su futuro alcalde.
Hidalgo nació en la localidad de San Fernando (Cádiz) el 19 de junio de 1959, en el seno de una familia de republicanos españoles.
Su abuelo, que combatió con las tropas leales durante la Guerra Civil, huyó a Francia al final de la contienda, pero enseguida regresó a España junto a sus hijos y su esposa, que falleció en el viaje de vuelta.
Enseguida fue encarcelado y condenado a muerte, aunque la pena le fue conmutada por la de cadena perpetua. Aquello marcó a toda la familia, tachada siempre de «roja».
Para huir de las críticas, Antonio Hidalgo, padre de Anne, se enroló en la marina mercante, hasta que finalmente se instaló en San Fernando, donde nacieron sus dos hijas.
Anne, la menor, no tenía tres años cuando su padre decidió emprender de nuevo el viaje que había hecho de niño, esta vez en busca de una mejor vida de la que tenía trabajando en los astilleros gaditanos.
Siguiendo los pasos de un hermano mayor, Antonio Hidalgo se instaló en un barrio popular de Lyon (este de Francia), donde comenzó a ganarse la vida como electricista.
Allí coincidieron con los Fernández, otra familia gaditana en cuyo seno se crió Luis, futbolista y entrenador de éxito.
Anne destacó siempre como una brillante estudiante, que se decidió por el derecho y se convirtió en una de las más jóvenes inspectoras de trabajo del país.
Con ese oficio dio el salto de Lyon a París, donde se instaló en el distrito 15 y donde cultivó sus dos compromisos: el feminismo y el socialismo.
De la mano de Martine Aubry entró en los engranajes gubernamentales, primero como consejera de la entonces ministra de Empleo, cargo que repitió en otros gabinetes.
Hasta que en 2001 ingresó en el Ayuntamiento de París coincidiendo con la histórica victoria de la izquierda.
Elegida enseguida como número dos por Delanoë, Hidalgo no ha dejado de ganar peso e influencia en la alcaldía y su elección como «delfín» del alcalde socialista no ha causado sorpresa.
Hidalgo asume por primera vez ser cabeza de cartel de una elección tan importante.
La candidata ha fracasado en dos ocasiones en su intento de convertirse en diputada y nunca ha sido la aspirante más votada en su distrito municipal. EFE