4 sep (EFE).- El poeta y activista mexicano Javier Sicilia dijo hoy en Chicago (EE.UU.) que intentará hablar ante el Congreso sobre el fin de la guerra contra las drogas, cuando la Caravana por la Paz llegue a Washington el 10 de septiembre.
Sicilia y miembros del grupo Law Enforcement Against Prohibition (LEAP) llamaron a México y Estados Unidos a poner un fin bilateral a la guerra contra las drogas durante una conferencia de prensa llevada a cabo en el edificio de la alcaldía de la ciudad.
Los activistas citaron el alto número de muertes que la guerra contra las drogas deja a su paso, mientras sigue incrementando el número de carteles que además de lavar dinero y comprar armas, corrompen a las fuerzas de seguridad pública en ambos países.
Sicilia y Jim Gierach, exprocurador de Chicago y miembro de LEAP, compararon la guerra contra las drogas con la era de la prohibición del alcohol en los años veinte en Chicago y otras ciudades del país.
«Estamos replicando lo que hicimos con el alcohol y con los mismos resultados», señaló Gierach, quien estuvo al frente de esta guerra.
Jim Downing, miembro de la mesa directiva de LEAP y exjefe del Departamento de Policía de Los Angeles (LAPD, por su sigla en inglés), afirmó por su parte que esta guerra no está funcionando y que al contrario está generando más problemas sociales al mismo tiempo que desgasta los presupuestos de las municipalidades a través del país.
La violencia en México y el alto número de personas encarceladas en Estados Unidos por posesión de drogas es prueba que la guerra iniciada hace 40 años no va por buen camino, apuntó Downing.
«Yo no puedo imaginar que es perder a un hijo», dijo Downing. «Hay 60.000 muertes en México y 20.000 desaparecidos pero lo que no podemos ver es el dolor. Espero que la caravana de Javier Sicilia rompa esa burbuja.»
Por su parte Sicilia agregó que «es tiempo de legalizar las drogas como se hizo con el alcohol en los años 1930».
Belén Ascensión, quien viaja con la caravana, dijo que la militarización de México y los carteles tienen a los ciudadanos al filo del terror.
«Tu llegas a un retén y no sabes si te van a dejar pasar, y las mujeres van al mercado a comprar comida y no saben si las van a levantar y desaparecer», afirmó. EFE