Guadalupe, 23 años. Hace poco tiempo fui a la casa de una compañera de la universidad para hacer un deber. Conocí a sus padres, todos me trataron muy bien y demostraron ser una familia unida. Después de una semana, me encontré con el progenitor de mi compañera en la calle y no fue una experiencia agradable. Él estaba manejando su taxi, pero no me reconoció y me gritó una frase muy obsena y me mostró su asqueroso órgano sexual. Cuando se dio cuenta de que era yo la víctima de su vulgaridad, se puso rojo y aceleró como loco. No tengo planes de regresar a esa casa. Que pena que ese viejo sucio, haga quedar tan mal a mi pobre amiga.
Mi querida Guadalupe:
Que pena que existan hombre de ese tipo. Que te muestren el órgano sexual en la calle, es una agresión. Los varones deberían pensar en su familia antes de actuar. Debe ser muy feo tener un padre patán.
Tu amiga Conchita