26 ago (EFE).- El exciclista Lance Armstrong tardó menos de 24 horas en tener su primera aparición en público tras ser suspendido a perpetuidad por la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) y dijo que nadie tenía que preocuparse por él.
«Nadie necesita llorar por mí, voy a estar fenomenal», declaró Armstrong después de haber participado en la competición «Power of Four» de la modalidad de bicicleta montaña, que se disputó en Aspen (Colorado), con un recorrido de 57 kilómetros (36 millas).
Armstrong, de 40 años, no pudo alcanzar al juvenil Keegan Swirbul, de 16 años, que fue el ganador, con más de cinco minutos de ventaja sobre el exciclista.
«Es genial sentir cómo tu trasero es pateado por un joven de 16 años, que sabes tiene por delante un futuro brillante», declaró Armstrong en su primer contacto con los periodistas tras conocer la suspensión de la USADA, que también le ha quitado los siete títulos que ganó en el Tour de Francia por considerar que desde 1998 participó en un programa sistemático de dopaje.
Antes de que diese comienzo la competición, se le preguntó si estaba listo para correr y respondió con un «espero que sí… va a ser difícil para todos».
Su atareado fin de semana también incluía un maratón el domingo, pero al final decidió no asistir al no tener el tiempo suficiente para recuperarse del esfuerzo realizado en la prueba de bicicleta de montaña.
Armstrong se mostró relajado, sonriente y dijo que estaba listo para seguir en la lucha por todo lo positivo que realiza la fundación que lleva su nombre en la lucha contra el cáncer y lo feliz que se sentía junto a sus cinco hijos y su novia.
Los aficionados también defendieron a Armstrong en Twitter elogiando la tarea de su fundación.
Sus éxitos deportivos ayudaron a vender millones de pulseras y brazaletes amarillos de plástico con la leyenda «Livestrong» para promover la investigación del cáncer.
La «Fundación Lance Armstrong», que fue fundada en 1997, ha recaudado casi 500 millones de dólares, algo que ninguna otra organización benéfica creada por un deportista, en Estados Unidos, ha podido conseguir.
Armstrong dijo que para nada pensaba ya en el pasado y lo único que le interesaba era el futuro.
«En estos momentos pienso en la comida, me encuentro bien y voy a comerme una hamburguesa con queso», comentó Armstrong a los periodistas, para luego posar con los aficionados que acudieron a ver la carrera y quisieron sacarse fotos.
Cuando le preguntaron si había algo que le decía a sus seguidores, que le han apoyado a través de la controversia, dijo: «Creo que la gente entiende que tenemos un montón de cosas que hacer en el futuro. Eso es en lo que estoy centrado y pienso que las personas lo apoyan. Es muy bueno estar aquí».
Ataviado de negro y oro y luciendo un emblema en su camiseta «Livestrong», Lance Armstrong jugó con su bicicleta y estuvo apoyado por miembros que pertenecen a su comitiva de trabajo, entre la que se encontraba su novia, Anna Hansen.
Por su parte, Mark Higgins, portavoz de Armstrong, adelantó que su cliente tiene previsto asistir al Congreso Mundial del Cáncer que se va a celebrar en Montreal (Canadá) del 27 al 30 de agosto.
Según Higgins, Armstrong asistirá y pronunciará un discurso ante miles de personas, entre ellos los profesionales que trabajan en la lucha contra el cáncer, que se espera acudan a la cita más importante del año para exponer los avances logrados en todos los campos.
«Allí estará», afirmó Higgins. «Es un gran honor para él y para todos los que trabajan en la fundación». EFE