Jue. Sep 19th, 2024

A medida que el conflicto en Siria se recrudece, escritores y músicos buscan formas de expresión para canalizar la violencia y el caos, entre ellos un grupo de hip hop de Damasco, según escriben desde Beirut Samer Mohajer y Fay Rajpar.

«Para ser honesto, realmente no me gusta el hip hop. No me gusta la música».

Mi vecino no muestra entusiasmo alguno durante un concierto del grupo sirio de hip hop LaTlateh en Beirut, y no es el único.

Hacinados en una sala pequeña y llena de humo, la mayoría de los presentes permanecen serios sentado en las mesas, y ni una sola persona baila.

No es un típico recital de hip hop.

Un observador occidental podría pensar que la atmósfera inerte se debe a que la cultura del hip hop todavía está en pañales en el mundo árabe, y que no logra desarrollarse por su incompatibilidad con algunos regímenes árabes.

Sin embargo, el hip hop nunca ha sido tan popular en Medio Oriente.

La música y las revoluciones siempre han ido de la mano y la Primavera Árabe no es una excepción.

El levantamiento en Siria tiene los ingredientes necesarios para suscitar las letras crudas y sin pelos en la lengua propias del rap, y esta banda siria en particular, LaTlateh, parece estar expresando los sentimientos de una nación.

«No me gusta la música, pero me gustan las letras. Soy sirio. Siento las palabras. La canción realmente expresa mis sentimientos. No estamos bailando porque estamos escuchando las letras», dice mi vecino.

LaTlateh es un grupo compuesto por Al Sayyed Darwish, Watar y Abu Kolthoum. Los tres viven en Damasco. Junto con su productor, Dab Snakkr, retratan el día a día de la insurrección siria.

«La situación en Siria es lo que nos motiva a escribir. ¿Cómo podemos cruzarnos de brazos con todo el dolor y el sufrimiento que hay nuestro alrededor y no decir nada?»

Durante los primeros meses de la revolución, gran parte de la élite cultural de Siria abandonó el país, ya sea perseguidos por el régimen o en busca de mejores condiciones de trabajo.

LaTlateh ha cosechado una enorme cantidad de seguidores en toda la región, ya que se quedó en Damasco, aunque suelen viajar entre la asediada capital y Líbano. Escriben sobre los sirios, para los sirios.

La Tercera Línea

Los artistas, junto con un grupo más amplio de músicos árabes, participan pacíficamente en el levantamiento popular a través de un movimiento llamado La Tercera Línea.

LaTlateh – «Uno, dos, tres»

Como su nombre lo indica, éste propone una alternativa a la dicotomía existente entre los que están en contra y a favor del régimen, y su objetivo, afirma, es defender la verdad y servir a los intereses nacionales de Siria.

«Todo el mundo tiene un punto de vista, pero hay hipocresía en ambos lados. Estamos tratando de encontrar la verdad. La Tercera Línea trata de romper las divisiones, porque cada partido sólo quiere beneficiar a los propios», dice Dab Snakkr.

El grupo desea promover la libertad de expresión y la democracia y se opone al régimen del presidente Bashar al Asad.

Cada miembro pone sobre la mesa su propia interpretación de la situación en Siria, lo que refleja las opiniones divergentes que existen en la sociedad de este país.

La crisis en Siria le ha dado una voz a LaTlateh, pero el grupo tuvo que sortear muchos obstáculos antes de llegar a este punto, y aún le quedan muchos por superar.

Al Sayyed Darwish considera al hip hop árabe de los comienzos prácticamente despreciable, y el grupo es muy consciente del hecho de que la exposición real del rap de la región comenzó con la revolución. Watar dice que la escena del hip hop previa a la revolución era débil.

Antes de las revueltas, hacer música en el clima político y financiero de Siria no era fácil.

«Nuestro problema era muy simple. Nadie nos apoyaba. Nuestro primer concierto tuvimos que pagarlo nosotros mismos», dice Watar.

«Hemos hecho otros conciertos con dinero de la embajada de EE.UU. y el centro cultural francés. Pero eran fondos realmente simbólicos. Por supuesto que siempre hubo problemas con las actividades culturales en Siria, el régimen le tenía miedo a cualquier expresión cultural», añade.

Paralelos

Letras de LaTlateh

«Enterrado en casa»

Enterrado en mi hogar, como una estatua en una pared

Tendí mi mano esperando sustento y placer

Me he vuelto como un pájaro encadenado a una pared

Mañana, cuando viaje y la patria se haga vieja, la nueva generación y la generación extinta, entenderán que realmente no tenían otra opción

Tengo el deseo de caminar tranquilo por mi calle.

«El Puerto de Homs»

Es irónico, el régimen quedó atrapado en una calle que se llama Siria

La atmósfera de la ciudad es de caras incurables

El cielo se aprieta, pero no habrá lluvia revolucionaria sin piedras.

 

El desarrollo del hip hop en Siria no sólo se ha visto limitado por la situación política. La experiencia de la mayoría de los sirios con el rap ha sido a través de artistas famosos estadounidenses y británicos, que cantan sobre cuestiones ajenas a la mayoría de la sociedad siria.

Pero hay algunos aspectos del rap que son paralelos a las tradiciones orales de Medio Oriente. Desde las poesía zéjel, una tradición levantina de hace mil años, medio cantada, medio hablada, y muy similar a las batallas de rap de hoy en día, a la venerada tradición del hakawati o narrador de historias.

La situación en Siria coloca al hip hop de ese país en el escenario internacional. La opresión política hace que no puedan seguir presentándose en Siria y los obligó a ampliar su público y viajar por todo Medio Oriente para tocar.

«La música de Siria ya no está aislada del mundo. Ahora podemos contribuir como sirios al mundo creativo de una manera que no podíamos antes», explica Abu Koulthoum.

Dab Snakkr espera que así como el levantamiento ha provocado que LaTlateh pueda expresarse, esto continúe, sea cual fuere lo que el futuro le depare a Siria.

«Lo más importante ahora es crear un espacio para la libertad de expresión. Una libertad que fue sofocada hasta el punto de que hace dos o tres años no podíamos ni siquiera imaginar que iba a haber una revolución».

«Pase lo que pase -caiga o no el régimen- tenemos que crear este espacio y ampliarlo», concluye.