El papa Benedicto XVI dijo hoy que la fiesta de la Asunción «es una realidad que afecta» a todos los seres humanos porque «indica de forma luminosa» su «destino, el de la humanidad y el de la historia».
El papa Ratzinger habló así desde el balcón de su residencia de Castel Gandolo, localidad donde pasa sus vacaciones estivales, tras recitar El Ángelus ante unos 3.000 fieles y peregrinos allí congregados.
Benedicto XVI, de 85 años, recordó que tanto en Occidente como en Oriente se celebra la solemnidad de la Asunción de la Virgen María al Cielo y que el dogma fue proclamado por la iglesia católica en 1950 en tiempos del papa Pío XII.
Para los cristianos -refirió-, la Asunción recuerda la fe no la corrupción del cuerpo de María: en el momento de la muerte, la Virgen para los cristianos, subió a los cielos donde participa de la gloria de Dios, y a la que, añadió: «Estamos llamados cada uno de nosotros y toda la Iglesia».
El papa alemán recordó también que la iglesia ortodoxa proclamó en el Concilio de Efeso de 431 la fiesta de la «dormición» por la que la Virgen sale de la escena de este mundo glorificada en alma y cuerpo en el Cielo, en Dios.
Benedicto XVI sostuvo que María está asociada en modo particular a la pasión y gloria de su Hijo.
La Asunción al Cielo de María «es por tanto el misterio de la Pascua de Cristo plenamente realizado en ella», subrayó el papa.
Y recordó la visita de María a Isabel, «cuando fue proclamada bendita entre todas las mujeres y beata porque creyó en el cumplimiento de la palabras que le fueron dichas por el Señor», señaló el papa alemán.