Hoy es un día especial. La ‘U’ persigue esta noche en Río de Janeiro, la obtención de la Copa Sudamericana, para cerrar un ciclo que no tiene parangón en la pobre historia de nuestro fútbol. El fervor de la hinchada alba es contagioso. Con una acabada demostración de jerarquía, el once de Fossati está a un pelo de conseguir el tercer trofeo a nivel continental, un logro impensado hasta hace poco tiempo. La Sudamericana está al alcance de la mano. Así lo dictamina la goleada espeluznante que fabricó en la Casa Blanca. Los cuatro goles de ventaja resultan indescontables, siempre y cuando, el equipo salte a la cancha del Maracaná, sin el más mínimo rasgo de excesiva confianza.
En condiciones normales, Liga tiene más fortalezas individuales y colectivas que el desesperado Fluminense, que no ha bajado la guardia y que confía con el apoyo de su nutrida hinchada en provocar un milagro.
La lectura previa del partido, dice que los brasileños entrarán a desatar un huracán ofensivo, con todas las armas y artimañas que estén al alcance para lavar la verguenza sufrida en la altura de Quito. Tienen garra, casta y varios atributos para buscar el arco de Dida, pero es preciso mencionar que no tiene en la actual plantilla, los hombres con dinamita y clase, que provocaron la igualada hace un año en el marco de la infartante final de la Libertadores.
¡Qué debe hacer la ‘U’?. Controlar la posesión de la pelota, achicar los espacios de maniobra, no regalar tiros con pelota quieta en las inmediaciones del área y sorprender con velocidad y precisión en las excursiones ofensivas, aparte de entablar la lucha con brios y corazón. El título está en el bolsillo. Lo firmo donde ustedes quieran.
Por: Raúl Cruz Molina