9 ago (EFE).- Tras completar la final olímpica de 200 metros en séptimo lugar, con un tiempo de 20.57 segundos, el velocista ecuatoriano Alex Quiñónez se mostró convencido de que en los Juegos de Río de Janeiro volverá a competir por las medallas.
«Voy a hacer todo lo posible para llegar allá (a Río 2016) y estar en un mejor lugar. Eso se lo prometo a todo Ecuador, no va a ser solo esta vez, voy a llegar más veces, para dejar a Ecuador en alto y porque es mi vida», afirmó Quiñónez tras disputar una final en la que el jamaicano Usain Bolt volvió reinar, con un tiempo de 19.32, inalcanzable para el resto de atletas.
El ecuatoriano, que este sábado cumple 23 años, afirmó que se siente «muy feliz y alegre por haber dejado a Ecuador en grande» y afirmó que estar en una final olímpica es «el mejor regalo de cumpleaños» que podía imaginar.
Quiñónez no ocultó las dificultades que supone enfrentarse a una final olímpica con competidores como Bolt o su compatriota Yohan Blake, plata en la prueba: «Experimentas muchas sensaciones. Te sientes triste, alegre, enojado, sientes muchas cosas».
«Te sientas y dices, qué hago ahora, qué voy a hacer, pero tratas de tranquilizarte y das lo mejor de ti para hacer las cosas bien. Si te lo propones, con esfuerzo, puedes llegar a hacer cualquier cosa», afirmó Quiñónez, para el que Bolt, campeón olímpico dos veces consecutivas tanto del 100 como del 200 «no es un súper hombre».
«Es un hombre normal, solo que tiene un don que le ha dado Dios y tiene que aprovecharlo muy bien», analizó el ecuatoriano, que hoy corrió por la tercera calle del tartán del estadio olímpico de Stratford, a la izquierda de Blake y a la derecha del francés Christophe Lamaitre.
El velocista esmeraldeño, al que entrena Jorge Casierra, ganó su serie de la primera ronda con un tiempo de 20.28, su mejor marca personal y el récord nacional de Ecuador.
La semifinal fue ayer menos plácida para Quiñónez, que pasó algunos nervios tras concluir su serie, la segunda, en tercera posición, lo que le obligaba a pasar el corte por tiempos para meterse en la última carrera de la competición.
El ecuatoriano había marcado un tiempo crono cercano, aunque inferior, al de la primera jornada (20.37), y la primera serie había sido muy rápida: el tercer corredor, Christophe Lemaitre, marcó 20.03.
Quiñonez debió esperar al final tercera manga para saber si tenía plaza en la final, lo que finalmente logró al marcar el tercer corredor de esa última carrera, el británico Christian Malcolm, un tiempo inferior al de Quiñónez (20,51).
En la carrera definitiva, en la que el único latinoamericano en la final ya se había asegurado estar entre los ocho mejor corredores del mundo de los 200 metros, el de Esmeralda no pudo superar sus marcas anteriores.
«No estoy preparado para tanta intensidad como requieren unos Juegos. Mi cuerpo no estaba preparado para tres carreras en tan poco tiempo», afirmó Quiñónez.
«Haces mucho esfuerzo en una, y en la siguiente haces más esfuerzo todavía, y aún te queda la última carrera, y mi cuerpo no está acostumbrado a tanta intensidad, pero hice todo lo posible», afirmó el ecuatoriano. EFE