Uno de los máximos representantes de la salsa, dejó de existir con un repentino infarto. Su vida se opacó pero su legado nunca morirá. Colombia lo llora.
La presente es una semblanza de un músico que le dio un sonido y una razón de ser a la salsa de Cali. Mucho de lo que hay que decir sobre Jairo Varela fue dicho en las últimas horas, tras la noticia de su sorpresivo deceso. A todo lo manifiesto acerca de la calidad de su música y el estilo que cifró en compañía de su agrupación, el Grupo Niche, hay que sumar además las cualidades de Varela como empresario, embajador sonoro de Colombia ante el mundo y forjador de una verdadera escuela de músicos y cantantes que se apropiaron de ese estilo a su manera.
Incluso, más allá de eso, a la hora de hacer balances, Jairo Varela debe ser recordado como una suerte de camaleón salsero. No aquel animal cambiante al que le cantaba Rubén Blades, sino uno que mutaba para bien.
Que supo en qué momento la salsa dura debería pasar a ser romántica, y cuándo adoptar la tradición de su Pacífico natal para retornar a la salsa dura.
César Miguel Rondón, experto venezolano en música afrocaribe, resumió con estas palabras la carrera del músico chocoano en su enciclopédico ‘Libro de la Salsa’: “Para muchos entendidos, Varela es el primero que se plantea, seriamente, la internacionalización de la salsa colombiana, y ello lo establecen, inclusive, desde su primer disco, ‘Al pasito’, de 1979”. Rondón pone de relieve el interés social de la agrupación, manifiesto desde su nombre mismo que es “un canto a la negritud”, y remata: “Ya finalizando la década (de los 80), Varela da un golpe de timón, leve, pero importante, en el tono de su repertorio, y el canto amoroso, asumido con picardía y sencillez, pasa a ser la marca dominante”.
Jairo Varela cruzó sorpresivamente ‘del puente pa’llá’. En ciernes queda una autobiografía que se encontraba escribiendo desde hace años y que iba a llamarse ‘Luces negras’. Varela dio a conocer fragmentos de la misma en la Casa de Nariño, en el acto en que le fue conferida la Orden al Mérito del Ministerio de Cultura en 2010 por su aporte a la música nacional. Atrás quedan 10 discos de oro y cinco de platino por ventas, decenas de premios nacionales e internacionales y una vastísima obra en el mundo de la salsa.