“Para llegar al primer equipo de cualquier club, un jugador tiene que sufrir”, es una de las frases favoritas que utiliza el ex volante brasileño Moacyr con las jóvenes promesas del fútbol ecuatoriano.
En la década de los cincuenta, Moacyr Claudinho Pinto fue estrella del Flamengo brasileño. Integró una célebre línea de ataque con Joel, Evaristo y Zagallo. Perteneció a la selección de 1958, que logró coronarse por primera vez campeón del mundo, al derrotar a Suecia por 5 a 2.
Para Moacyr, ese logro significó muchas cosas. Primero, obtener el título y, segundo, la juventud y su agradecimiento a Dios. Los ex jugadores de esa hazaña han recibido muchas promesas de ayuda y reconocimientos, sin embargo hasta el momento no les han cumplido. Pero este año vieron una luz de apoyo por parte de la administración del presidente de Brasil, Luiz Ignacio Lula Da Silva, el año pasado prometió a los campeones del 58, brindarles un reconocimiento económico de $300.000 y una pensión de por vida por $ 2.000. La mayoría de los ex jugadores de la ‘auriverde’ que lograron el título, han fallecido y los pocos que quedan se encuentran enfermos. “Gilmar sufrió dos derrames cerebrales, Nilton Santos está en una clínica psiquiátrica, y así hay varios que están con problemas”, sentenció Moacyr.
‘La Monita’ dejó colgado los botines hace 34 años para dedicarse a enseñar a los jóvenes la disciplina del fútbol. En la actualidad se dedica a coordinar la Ciudad Deportiva Guayaquil.
De sus tres hijos, Moacyr (21), Jordan (19) y Claudier (12), ninguno se inclinó a la pasión futbolera. Sin embargo hay algo más fuerte que los une, su amor por Dios y su religión. “Los tres juegan para Dios. Todos somos cristianos”, afirmó el ex atacante del Everest y Barcelona de Ecuador.
A sus 74 años, guarda en su memoria los momentos más importantes de su carrera, como cuando debutó a los 16 años en el Flamengo. Moacyr reconoce con pesar, que hoy en día la mayoría de jugadores sudamericanos juegan solo por el dinero. “En los años 50 los jugadores eran más profesionales. Nosotros no jugábamos por la plata. Hoy en día se ha convertido en un negocio. En la actualidad un ‘pibe’ de 16 años está con 5 millones de dólares”, precisa Moacyr, que fue el primer campeón mundial que llegó a vestir la camiseta de Barcelona, donde se retiró a los 40 años.
Allí pasó a formar parte del staff deportivo torero. Ttrabajó muchos años en compañía de varios argentinos, como Miguel Brindisi, Rubén Insúa y Jorge Habbeger.
Según informes, su situación económica no es buena y para costearse el tratamiento del cáncer de próstata que padece, recibe donativos, de gente que lo recuerda en sus épocas de esplendor. “Solo tengo en consideración que vine hacer lo que siempre me gustó, jugar fútbol, esa era mi vida” dice.
Tiene muchas anécdotas de su época de futbolista, pero prefiere mantenerlas en reserva, aunque menciona que la que siempre recuerda es la relación extraordinaria que mantuvo con el fallecido Alberto Spencer, a quien lo considera el mejor jugador ecuatoriano.