1 ago (EFE).- El Universidad de Chile perdió hoy la final de la quinta edición de la Copa Suruga Bank, disputada en Ibaraki (noreste nipón) y que enfrentó a los campeones de la Copa de Japón y la Copa Sudamericana, tras perder frente al Kashima Antler en la tanda de penaltis (7-6).
En la final, el equipo chileno estuvo muy cerca de lograr una remontada casi épica tras empatar un partido que perdía por 2-0, y que se tuvo que decidir en los penaltis.
A pesar de que en el primer tiempo los japoneses dieron la sorpresa con un fútbol rápido y alegre que descolocó a los chilenos, la segunda parte contó con el dominio abrumador de la «U», que mereció, por ocasiones, llevarse el título en el tiempo reglamentario y le faltó algo de suerte en el remate.
El partido comenzó sin especulaciones, con los dos equipos buscando la portería desde el primer instante, lo que produjo dos buenas ocasiones para cada plantel en los 3 primeros minutos, la más clara a cargo del centrocampista brasileño del Kashima Junior Dutra.
El equipo nipón, entrenado por Jorginho, exjugador del Kaswima y campeón del Mundo con Brasil en USA 1994, saltó al campo con mucha movilidad, velocidad y sin miedo ante el conjunto chileno, que con su habitual casaca azul y bien situado sobre el campo, permaneció a la espera y gozó de buenas ocasiones.
El Kaswima mantuvo la tranquilidad y una falta perfectamente colgada por Ogasawara desde el vértice del área derecha de la puerta de Herrera fue rematada a gol, sin apenas oposición, por el defensa Iwamasa en el minuto 17, adelantando al conjunto japonés.
El equipo entrenado por el argentino Jorge Sampaoli no bajó los brazos, y en un gran contragolpe orquestado en el minuto 22 el delantero Ubilla, con todo a su favor, falló incomprensiblemente cuando se encontraba frente a la portería de Sogahata.
Las altas temperaturas y la colorida hinchada japonesa animaron el encuentro y en el minuto 26, el brasileño Renato culminó un contragolpe del equipo japonés con un certero disparo desde la frontal y ante la pasividad de los defensores del conjunto chileno.
El gol fue un jarro de agua fría para los sudamericanos, muy descompuestos tras el primer tanto, que apretaron los dientes para demostrar las cualidades que lo han convertido en el segundo mejor club del mundo según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol, tras el español Barcelona.
En su empuje, y a falta de cinco minutos para el final del primer tiempo, Mena puso un centro desde la banda izquierda que remató a gol, en propia puerta, Iwamasa, autor también del primer tanto de su equipo, para poner la emoción de cara a la segunda parte.
En la reanudación, la «U» buscó el tanto del empate, con toque, claridad y profundidad, se hizo con el control absoluto y gozó de numerosas ocasiones. Hasta que en el minuto 70, la enésima internada por banda de Marino terminó en un penalti que transformó Aránguiz, tras un lanzamiento imparable muy ajustado al palo de Sogahata.
El Kaswima, desfondado, era incapaz de retomar el fútbol vertical del primer tiempo, se defendía como podía ante un equipo chileno muy superior, y encajaba los golpes esperando, agazapado, una oportunidad a la contra.
El calor hizo mella en los dos equipos y el partido terminó con el empate que dejó paso a la tanda de penaltis, tal y como pasó en las últimas dos ediciones de la Copa. Desde los 11 metros, y tras una serie de infarto en la que nadie fallaba, el Kashima se llevó el título y otorgó, por tercera ocasión, la copa a un equipo japonés. EFE