El sistema de electricidad del norte de la India se apagó el lunes, lo que paralizó centenares de trenes, obligó a los hospitales y aeropuertos a usar sus generadores y dejó a más de 370 millones de personas -más que la suma de la población de Estados Unidos y Canadá- sudando en plena canícula.
Pero ayer, el problema se dulicó, ya que alrededor de 600 millones de indios estuvieron sin energía eléctrica, tras fallos en las redes de abastecimiento en extensas áreas del país.
Este apagón evidencia la incapacidad del país para suministrar energía a una nación en vías de convertirse en una potencia económica regional.