27 jul (EFE).- Siete jóvenes deportistas cumplieron el lema del Comité Organizador (LOCOG), ‘Inspira una generación’, y encendieron la llama del estadio Olímpico de Londres 2012 en una acción espectacular generada por 204 piezas transportadas por todas las delegaciones participantes, un pebetero universal.
El encendido de la llama fue el colofón de la Ceremonia de Inauguración celebrada esta noche, la resolución a uno de los grandes secretos de la fiesta diseñada por el cineasta británico Daniel Boyle para abrir los terceros Juegos que vive Londres en su historia después de los de 1908 y 1948.
Para poner fin a la Ceremonia, la llama llegó al Parque Olímpico en una embarcación patroneada por el futbolista David Beckham, quien se la entregó en un pequeño embarcadero al exremero Steve Redgrave, una de las grandes leyendas del deporte británico, quíntuple campeón olímpico, que fue el encargado de introducirla en el estadio.
Redgrave cedió la antorcha a los siete jóvenes elegidos por campeones olímpicos británicos, quienes dieron una vuelta a la pista y ‘recibieron el permiso y el honor’ definitivos de grandes glorias locales: Lynn Davies (atletismo), Duncan Goodhew (natación), Kelly Holmes (atletismo), Mary Peters (pentatlón), Shirley Robertson (vela), Daley Thompson (decatlon) y el propio Redgrave.
Los jóvenes a continuación prendieron unos artefactos creados con las piezas trasportadas por niños que acompañaron a las delegaciones, que se elevaron en el centro del estadio y quedaron unidas en un solo fuego.
La llama olímpica aterrizó el 18 de mayo en la base aérea de Culdrose, en Cornalles (suroeste de Inglaterra), a bordo del avión «Luciérnaga» de British Airways, justo un día después de que, en una modesta ceremonia en Atenas, el fuego sagrado de Olimpia fuera entregado a los organizadores de los Juegos Olímpicos.
Antes había tenido una semana de recorrido por Grecia desde la antorcha fuese prendida en las ruinas de la antigua Olimpia, patria de los JJOO de la Antigüedad.
Aquel día subió hasta la Acrópolis y volvió a bajar para que los últimos portadores, el campeón olímpico de halterofilia Pyrros Dimas (Grecia) y el gimnasta chino Li Ning, quien encendió el pebetero en los Juegos de Pekín de 2008, la llevaran hasta el Estadio Panatinaiko.
En ese estadio, que albergó los primeros JJOO de la era moderna en 1896 y que es popularmente conocido por los atenienses como ‘Kallimármaro’ (De bellos mármoles), la llama fue entregada a la princesa Ana del Reino Unido, en representación de los organizadores de los Juegos de Londres.
La antorcha, que ha pasado por las manos de 8.000 relevistas, llegó al estadio tras recorrer 13.000 kilómetros a lo largo de Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte y Gales, además de un breve paso por la República de Irlanda. EFE