Era un secreto a voces, pero tras varios meses de guerra civil, el régimen del presidente Bachar el Asad confirmó ayer que poseía armas químicas e incluso biológicas que está dispuesto a utilizar si padece una “agresión externa”.
El portavoz del Ministerio de Exteriores sirio, Jihad al Maqdisi, leyó un comunicado en el que recalcó que “ningún arma química o biológica será empleada durante la actual crisis en Siria sea cual sea su evolución” excepto “en caso de agresión externa contra el país”.
Al Maqdisi intentó así tranquilizar a las potencias que temen que, a causa del caos que impera en Siria, las armas no convencionales dejen de estar bajo control. “Esas armas (…) están almacenadas y custodiadas por las Fuerzas Armadas”, subrayó.