Vie. Nov 22nd, 2024

1 jul (EFE).- La caída del español Rafael Nadal en la segunda ronda de Wimbledon ante un debutante ha sido rotunda, pero ninguno de los grandes se ha librado este año de los resbalones en la traicionera hierba del All England Lawn Club.

El suizo Roger Federer, seis veces ganador en Londres, quedó a un paso del abismo ante un jugador de segunda fila, mientras que el últimamente todopoderoso Novak Djokovic vio cómo Radek Stepanek se le rebelaba en la central y le obligaba a remontar un set en contra.

Como ya advirtió el español Fernando Verdasco al inicio del torneo, la hierba de Wimbledon es una superficie rápida e inusual que propicia las mayores sorpresas del circuito: ningún tenista puede ampararse aquí en su número de ránking para asegurarse un encuentro plácido.

La prueba es el guión imprevisto que ha seguido el tercer Grand Slam de la temporada tras la primera semana y que constituye, entre otras cosas, una seria advertencia para todos los tenistas de cara a los Juegos Olímpicos que se disputan durante el verano precisamente en este escenario.

Tras la final de Wimbledon, el 8 de julio, el All England Lawn Club contará con veinte días exactos para renovar la hierba de las pistas antes de que comience una competición en la que Nadal aspira a revalidar el oro de Pekín.

El camino hacia el podio de Londres estará todavía más plagado de trampas que el de Wimbledon, dado que los encuentros de los Juegos se disputarán a tres sets, lo que dejará aún menos margen de maniobra a los favoritos en el caso de que se les atragante un partido en los primeros compases.

A tres mangas, en lugar de a cinco, Nadal no hubiera tenido la opción este año de remontar en el cuarto set frente al checo Lukas Rosol, sino que hubiera caído directamente por 6-7(9), 6-4, 6-4.

Aún más dramático: Federer habría vuelto a casa el viernes tras perder contra el francés Julien Benneteau por 6-4 y 7-6(3), y Djokovic hubiera sentido la presión de estar a un paso de la eliminación tras dejar escapar la primera manga por 4-6 frente a Stepanek.

El mismo Nadal advertía tras jugar su primer encuentro en Wimbledon este año sobre la «locura» que puede resultar el torneo olímpico.

«Cualquiera podrá ganar a cualquiera. Cuando juegas al mejor de tres sets el partido puede decidirse en unos pocos puntos. Tienes que ir al límite en todo momento», alertaba el mallorquín antes de perder el número dos del ránking de la ATP.

«En mi opinión, el tenis aquí es espectacular, especialmente si no juegas contra un gran sacador», ironizaba Nadal de manera casi profética antes de iniciar su debut este año en la pista central.

Djokovic coincidía con Nadal al afirmar que sobre la hierba de Wimbledon «si alguien sirve bien puede pasar cualquier cosa, puede ganar incluso alguien que esté cien puestos por debajo en el ránking», tal y como le ocurrió al mallorquín, dos veces campeón y otras tres finalista en el All England Lawn Club.

Así las cosas, y dado que siempre hay quien se beneficia en tiempos de dificultades, la caída de uno de los máximos favoritos ha allanado el camino por la parte baja del cuadro para varios tenistas.

Mientras que Federer y Djokovic son todavía los más claros aspirantes a copar una de las semifinales este año en Wimbledon, la otra vía por la que puede alcanzarse la final en la pista central, en la que hasta ahora el español se alzaba como un obstáculo insuperable, tiene ahora las puertas más abiertas que nunca.

Puede ser esta una oportunidad única para la eterna promesa del tenis británico, Andy Murray, de lucirse ante su público en el partido definitivo del campeonato, tras caer tres años consecutivos en la semifinal.

También el español David Ferrer, séptimo favorito, el argentino Juan Martín del Potro, noveno, y el francés Jo-Wilfried Tsonga, quinto cabeza de serie, sueñan con aprovecharse de la ausencia del hasta ahora número dos del mundo para colarse por sorpresa en la final.

Quien seguro que no disputará el título será Rosol, ya que tras firmar el mejor partido de su carrera ante Nadal y asombrar al mundo en el último juego con cuatro puntos casi perfectos, perdió al siguiente partido ante el alemán Philipp Kohlschereiber en tres sets. EFE

Por ccarrera