Tras cinco días de tensión y caos en Bolivia, los representantes de los uniformados policiales aceptaron la propuesta del presidente Evo Morales. No habrá represalias legales contra los acuartelados, aunque deben retornar de inmediato a sus puestos de trabajo.
El acuerdo se alcanzó en la madrugada de ayer. En las charlas participaron representantes del gobierno y de los policías amotinados. Sin embargo, el dato no es garantía que haya finalizado el conflicto. El domingo pasado, también habían acordado pero los acuartelados decidieron ampliar el pliego de exigencias.
El acuerdo considera un incremento de 100 bolivianos ( $14,2 ) al haber básico, la suspensión de la vigencia de la Ley 101 de Régimen Disciplinario de la Policía Boliviana y la jubilación con el 100 por ciento de sus últimos ingresos.