La noticia de las nuevas restricciones de importación como cámaras fotográficas, celulares y hasta autos; ha caído como valdazo de agua fría en varios sectores de la sociedad. En todo caso el más afectado será el consumidor común y corriente que un mediano sueldo intenta llevar una vida cómoda con su familia.
Ahora habrá que reflexionar desde el otro lado del camino, las facilidades de compra nos han vuelto consumistas y materialistas, pues si no tenemos el celular de última generación no estamos contentos.
Suena a sermón de nuestros mayores pero resulta certero, ya que décadas atrás los niños por ejemplo salían a jugar con contendientes de verdad y no con enemigos virtuales. Quizá esto también devenga en una crisis del ser humano que algún día no podrá distinguir la realidad de la ficción.