A propósito del Día Internacional del no Trabajo Infantil, reflexionamos un poco acerca de las responsabilidades de cada quien frente a este problema. En general apuntaremos al sistema y su falta de políticas sociales que impidan el trabajo infantil, pero por otro lado también están los padres inescrupulosos que envían a trabajar a sus hijos.
Por eso cuando miramos a un niño vendiendo algo, tendremos que pensar que detrás de él existe un adulto que lo obliga a hacerlo. Lo peor de todo es que esto se observa incluso desde una mirada de lo normal, quizá se piense aún que las personas deben ‘aprender a trabajar desde pequeños’.
He ahí el trabajo de cada uno, educar a los más pequeños a defender sus derechos por encima de cualquier voluntad adulta.