Vie. Nov 22nd, 2024

Barbara Gibb vivió la peor pesadilla al enterrar a su tercer hijo. Se dice que la familia británica tiene una maldición.

Sus hijos fueron bendecidos con un talento musical que les trajo fama y fortuna. Pero el lunes Barbara Gibb vivió la peor pesadilla de cualquier madre, al velar a su hijo Robin Gibb, miembro fundador de los Bee Gees, quien murió el domingo tras una larga batalla contra el cáncer. Tenía 62 años.
Barbara había perdido ya a su hijo Andy Gibb, un ídolo pop fallecido en 1988 a los 30 años por una enfermedad cardiaca, y a Maurice Gibb, integrante de los Bee Gees y mellizo de Robin, quien murió en 2003 por problemas intestinales agudos.
Varios meses antes de su muerte, Robin Gibb le dijo a un diario británico que a veces se preguntaba si su familia estaba pagando un ‘precio kármico’ por el éxito de los Bee Gees.
Antes de que la enfermedad los afectara, la familia Gibb disfrutó de una suerte excepcional.
Cuando empezaron a cantar profesionalmente, aún siendo adolescentes, alcanzaron la fama a los pocos años. Pero la tragedia siguió su rápido ascenso. Maurice muere con cáncer en el intestino mientras Robin tuvo cáncer de colon y otros males digestivos. Incluso antes de que le diagnosticara cáncer se veía demacrado.
De los cuatro varones que crió Barbara Gibb en Inglaterra y en Australia antes de que se volvieran estrellas mundiales, sólo sobrevive Barry, el mayor. También tiene una hija que vive en Australia y que nunca se interesó por la fama.
La prensa británica ha reportado que Barbara Gibb, de 91 años y radicada en California, estuvo en Inglaterra las últimas semanas al deteriorarse la salud de Robin tras una neumonía que llevó a un coma inducido. No ha hecho declaraciones públicas y la familia, incluyendo la viuda del músico Dwina y sus hijos, pidieron respeto a su privacidad durante el duelo.
De momento no se han anunciado los planes para el funeral y el servicio memorial. Triste historia.

Por kochoa