El incendio registrado en Guayaquil el lunes pasado, causó temor en los moradores. El local funcionaba sin ningún control.
El incendio comenzó pasadas las 14h00, tras la explosión que generó pánico en los vecinos que se hallaron frente a una llamarada de casi 15 metros de altura. El hermetismo se apoderó de las calles Urdaneta y Ximena, en pleno dentro del puerto principal, ya que el peligro de que las llamas devoren el barrio era casi inminente.
La gente desesperada buscaba salvar sus pertenencias y sus vidas, aunque no se registraron pérdidas humanas, ocho personas resultaron heridas y 8 viviendas fueron afectadas.
Alrededor de 500 bomberos se acercaron al lugar de los hechos para mitigar el fuego, labor que demoró alrededor de dos horas.
Moradores del lugar denunciaron que la fábrica de pinturas y químicos funcionaban hace varios meses, sin ningún control y que además ya habían presentado las denuncias respectivas al Municipio de la urbe, pero que no recibieron respuestas.
Así mismo la constante presencia de los tanqueros de combustible mantenía en vilo a quienes habitaban en el populoso sector, que ya presentían un fatal accidente.
El fuego voraz se propagó hacia las viviendas aledañas, la mayoría de construcción mixta, lo que habría colaborado con el fuego. El tanquero que ocasionó la chispa inicial se incendió casi de inmediato así como un automóvil que estaba estacionado cerca del inmueble.
En las primeras indagaciones no se hallaron los permisos de funcionamiento de la fábrica, por lo que también se determinó que el almacenamiento de los químicos y materias primas no tenían las precauciones necesarias. Además entorpecieron el trabajo de los bomberos al momento de mitigar el siniestro