Mucho se ha dicho en lo que respecta a la libertad de expresión en el país. Hay que recalcar que esto no se limita a las instancias periodística, esto se vive a diario, desde las aulas, donde estudiantes no pueden expresar lo que piensan libremente por temor a represalias de sus maestros. Desde aquí se fomenta la lamentable costumbre de quedarse callado ante lo injusto o lo que no nos parece. Esto decae en un comodismo general que nos convierte en una multitud y no en un pueblo con las herramientas necesarias para defender nuestros derechos. Hemos aprendido a insultarnos, pero no a discutir de manera igualitaria, hemos aprendido a lanzar piedras, pero no a presentar soluciones a los problemas. Hoy es el día de la Libertad de Expresión, celebremos diciendo las cosas con coherencia.