Pancho, 45 años. Por azares del destino, conocí a una joven muy bonita y en poco tiempo me la llevé a vivir conmigo. Ella era lo que siempre soñé. Tenía un cuerpo espectacular, un rostro hermoso y hacía el amor muy bien. Lo mejor de todo, era que parecía estar complentamente enamorada de mi. Cuando llegó a mi casa, la traté como a una princesa, nunca le faltó nada y jamás lavó un plato. La muy ingrata, me traicinó, se fue con mi plata y me dejó endeudado. Solo estuvo conmigo para sacarme lo poco que tenía. No sé donde encontrarla, creo que se fue al oriente. Me gustaría buscarla, para que me devuelva lo que me robó. No me gusta que me vean la cara de gil.
Mi querido Pancho:
Eso te pasa por buscar solo caras y cuerpos. La próxima vez, procura conocer más a la persona que llevas a tu casa. No está bien lo que ella hizo, pero lamentablemente, tú te lo buscaste.
Tu amiga Conchita