22 abr (EFE).- El español Rafael Nadal endosó al serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, una dolorosa derrota por 6-3 y 6-1 en 78 minutos en la final, para alzarse con el récord mundial de ocho victorias consecutivas en un mismo torneo, en el Masters 1.000 de Montecarlo.
Nadal cortó así la racha de siete derrotas consecutivas ante Djokovic encajadas todas ellas el año pasado, de una forma espectacular, en una final más corta y con menos lucha de la que se esperaba, y ya con 20 títulos de Masters 1.000 es el líder en solitario de esta categoría, superando en uno al suizo Roger Federer.
Ante un Djokovic, que falló en exceso, con 25 errores no forzados, por solo 10 del español, el serbio no supo mantener su categoría de número uno. Nadal desarboló a su rival con dos roturas en el primer set (43 minutos) para situarse luego con ventaja de 4-0 en el segundo, tras ganar seis juegos consecutivos.
El fantasma de la final del Abierto de Australia este año, cuando Nadal dominaba por 4-2 en el quinto set, apareció de repente al romper Djokovic por primera vez a Nadal en el 4-1, pero fue solo un espejismo, y sirvió únicamente para animar algo más un encuentro en el que solo brillaba Nadal, mucho más tranquilo y relajado que su espeso rival.
El zurdo de Manacor no cedió más a continuación y ganó como le gusta, con un saque directo final, el tercero de su cuenta, su título número 47, el primero este año, y el 33 sobre tierra batida en su palmarés, premiado con 460.260 euros, con lo que se acerca a los 40 del austríaco Thomas Muster y a los 45 del argentino Guillermo Vilas.
«Eres un gran campeón y has merecido ganar hoy», admitió Djokovic en la ceremonia de entrega de trofeos, tras perder por segunda vez en la final de este torneo, siempre ante Nadal.
«Felicidades a Djokovic por su gran temporada», dijo Nadal, «ganar aquí siempre es increíble, este es mi evento favorito durante todo el año, y es un honor jugar en esta pista delante de este público, donde me siento como en casa», añadió el mejor jugador sobre tierra batida, dirigiéndose a los espectadores, entre los que se encontraba el sueco Bjorn Borg. EFE.