10 abr (EFE).- La violencia continúa en distintos puntos de Siria, según la oposición, pese a que hoy expira el plazo dado por la ONU para el cumplimiento de su plan de paz, una solución diplomática que EE.UU. considera la «última oportunidad» y que parece cada vez más lejana.
Tanto el régimen de Bachar al Asad como los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS) se muestran reacios a aplicar el plan del enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, en medio de acusaciones cruzadas.
El «número dos» del (ELS), Malek Kurdi, dijo hoy a Efe que el régimen no está retirando sus tropas y que lo único que ha hecho ha sido cambiar de lugar sus tanques en algunas ciudades, después de que el ministro sirio de Exteriores, Walid al Mualem, asegurase en Moscú que Damasco ya se ha replegado de varias provincias.
La oposición afirma que al menos 12 personas han muerto hoy a manos del régimen, que atacó con helicópteros y artillería pesada la ciudad de Marea, en el norte, mientras en Kesua, junto a Damasco, han lanzado una campaña de detenciones.
Además, las fuerzas armadas rodean la localidad de Kafr Zeita, en la provincia central de Hama, y en el municipio de Injil, en la provincia de Deraa, en el sur, se registra un tiroteo intenso en todos los puestos de control, siempre según las fuentes opositoras.
La iniciativa de Annan prevé la retirada hoy de las tropas de las ciudades y hasta el día 12 para el cese total de las hostilidades.
«En la práctica, el plan de Annan es la última oportunidad viable para lograr una solución negociada», declaró anoche la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Susan Rice.
Rice, presidenta de turno del Consejo de Seguridad de la ONU, abogó por «una importante respuesta de la comunidad internacional» si Damasco no cumple con los plazos, aunque reconoció que para ello habrá que ver «si Rusia y China, que han evitado condenar al Gobierno sirio, estarán listos para actuar».
Sin embargo, Moscú insiste en la diplomacia, después de que el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Labrov, pidiese hoy, tras reunirse con su colega sirio, el envío urgente de una misión de observadores de la ONU a Siria para poner en marcha el plan de paz.
El «definitivo y completo cese del fuego (…) debe ser cumplido por todas las partes bajo una eficaz supervisión internacional», según Lavrov, que añadió que Damasco les ha confirmado que ya ha empezado a aplicar el plan de Annan y llamó a EE.UU. y Occidente a presionar a la oposición para que haga lo mismo.
El diplomático ruso adelantó que reiterará este llamamiento durante la reunión ministerial del Grupo de los Ocho (G8) que se celebrará mañana en Washington.
Damasco ya ha retirado tropas de algunas provincias sirias, aseguró por su parte el jefe de la diplomacia siria, Walid al Mualem, en busca de apoyos en Moscú, después de que la situación se haya complicado a raíz de que tropas sirias disparasen ayer contra refugiados en suelo turco.
Hoy, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que se encuentra en Pekín de viaje oficial, calificó ese ataque como una «violación» de la frontera común y amenazó con tomar «todo tipo de medidas», algo que los medios interpretaron como una eventual invasión del país vecino.
«Sería el régimen sirio el que nos fuerza a hacerlo: Siria debe dar pasos para no forzarnos a ello», añadió, mientras su ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, que le acompañaba en China, regresó anticipadamente a su país tras los últimos acontecimientos.
Según Erdogan, el plan de Annan, que hoy visitó los campos de refugiados sirios en la provincia fronteriza de Hatay (Turquía), ya no es válido.
«No creo que Siria encontraría ahora el mismo apoyo que antes en la ONU», dijo, en alusión a los anteriores vetos de Rusia y China a las resoluciones contra el régimen sirio defendidas por los demás miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Desde ayer, Davutoglu está en contacto telefónico con los ministros de Exteriores de los países que forman parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para trasladarles su preocupación, informó la agencia turca Anadolu. EFE