9 abr (EFE).- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, expresó hoy a su homólogo de EE.UU., Barack Obama, su preocupación por las políticas monetarias expansivas de los países ricos y argumentó que están perjudicando el crecimiento de las naciones emergentes.
Tras la reunión bilateral que mantuvieron ambos en la Casa Blanca, Rousseff dijo que le trasladó a Obama su preocupación por esa política expansiva de EE.UU. y la Unión Europea (UE), que «en última instancia conduce a la depreciación del valor de la moneda de los países en desarrollo, lo que perjudica a su crecimiento».
No obstante, alabó el papel desempeñado por los bancos centrales y, en particular, por el Banco Central Europeo (BCE) «para prevenir una crisis de liquidez de proporciones considerables que afectaría negativamente a todos los países».
El Gobierno brasileño ha acusado a EE.UU. y a China de promover una guerra cambiaria para aumentar sus exportaciones, lo que está reduciendo la competitividad de países en desarrollo como Brasil.
En su primer viaje oficial a EE.UU. como presidenta y después de que Obama visitara Brasil en marzo de 2011, Rousseff quiso destacar que la relación entre ambos países «nunca ha sido más fuerte» y abogó por reforzarla todavía más.
«Hemos hecho enormes progresos desde nuestro último encuentro en la relación bilateral», subrayó por su parte Obama, que elogió el «liderazgo» tanto de Rousseff como de su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, para «sacar a millones de la pobreza» en Brasil y convertir a su país en una voz «líder» en la región y en el mundo.
Obama sostuvo que el comercio y la inversión entre EE.UU. y Brasil «están llegando a niveles récord» y resaltó los acuerdos alcanzados hoy entre los dos países para aumentar la cooperación en defensa.
También comentó que habló con Rousseff sobre la Cumbre de las Américas del próximo fin de semana en Cartagena de Indias (Colombia), a la que ambos asistirán, para asegurarse de que están en «estrecha cooperación» en asuntos como la energía limpia, el narcotráfico y la seguridad ciudadana.
Obama y Rousseff no revelaron si abordaron el tema de Cuba y su participación en futuras Cumbres de las Américas.
Según fuentes oficiales brasileñas, Rousseff quería manifestar hoy a Obama su «convicción», compartida con la mayoría de los países latinoamericanos, de que la de Cartagena debería ser «la última» cumbre americana «sin Cuba».
Obama tendrá que lidiar en Cartagena con el debate sobre la presencia de Cuba en las próximas Cumbres de las Américas, después de que no se llegara a un consenso para invitar a ese país a la que va a acoger Colombia.
El único Gobierno que ha manifestado abiertamente su rechazo a invitar a Cuba a Cartagena es Estados Unidos, que considera que ese país caribeño no cumple con el requisito democrático que los participantes en las Cumbres de las Américas establecieron en 2001. EFE