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9 abr (EFE).- El presidente boliviano, Evo Morales, afronta una semana de conflictos y protestas, incluida una huelga indefinida de médicos desde el martes contra el aumento de su jornada laboral y otra el miércoles de la Central Obrera Boliviana (COB) por demandas salariales.

El Gobierno logró la semana pasada que los médicos suspendieran temporalmente su huelga indefinida, iniciada el 28 de marzo, mientras dialogaban sobre la aplicación del decreto que aumenta de seis a ocho horas su jornada laboral.

No obstante, el Ministerio de Salud ha insistido en la vigencia de esa norma y los galenos lo tomaron como «rompimiento del diálogo», dijo hoy a Efe el presidente del Colegio Médico de Bolivia, Alfonso Barrios.

«En vista de eso, estamos reiniciando nuestra huelga indefinida desde mañana, con funcionamiento solamente de los servicios de emergencia, exigiendo la abrogación del decreto», agregó.

Los médicos rechazan el aumento de sus jornadas porque, según afirman, atenta contra una conquista social de 1970 y porque no fue consensuada.

Además, afirman que subir sus horas de trabajo no solucionará los problemas del sistema estatal de salud, que son de falta de infraestructura, equipamiento y puestos de trabajo.

El ministro de Trabajo, Daniel Santalla, calificó de «criminal» la huelga «porque va en contra de los enfermos que necesitan la atención médica».

La COB, por su parte, ratificó para el miércoles su huelga general de 24 horas y una marcha en La Paz contra el alza salarial del 7 % propuesto por el Gobierno para 2012, declaró a Efe uno de sus dirigentes, Octavio Urquizo.

La mayor organización sindical de Bolivia pide que el Gobierno acepte que la canasta familiar básica cuesta 1.192 dólares mensuales, igual a diez salarios mínimos, y que negocie sobre esa base el aumento de este año.

El sueldo mínimo en Bolivia es de 117 dólares mensuales y el salario medio de 546, según cifras de 2011.

Los líderes de la COB dejaron plantados la semana pasada a dos ministros que querían negociar sus demandas salariales y ahora, según Urquizo, quieren hablar directamente con Morales.

Los dirigentes de los empresarios, convocados a la misma reunión con los ministros, también los plantaron, argumentando que el Gobierno solo los llamó a última hora.

Según Santalla, «no hay razón para convocar a la huelga de 24 horas», porque todavía no se ha agotado el diálogo, y amenazó con declararla «ilegal».

Entre tanto, en el departamento sureño de Tarija, fronterizo con Argentina y Paraguay, habrá protestas esta semana para reivindicar la propiedad exclusiva del campo de gas natural Margarita, que gestiona la española Repsol YPF y disputa la vecina Chuquisaca, dijo a Efe el director del Comité Cívico, Rubén Reynoso.

Otro conflicto está a punto de estallar entre vecinos de la ciudad de El Alto y los chóferes del transporte público, por la intención de estos de incrementar las tarifas, asunto que decidirá este martes en La Paz la Confederación de Chóferes de Bolivia.

Las juntas de vecinos han advertido que no permitirán el alza de los pasajes.

Además, campesinos del altiplano de La Paz bloquearon hoy la principal carretera que conecta a esta ciudad, sede del Gobierno y el Parlamento, con gran parte del resto del país, para exigir mayor seguridad ciudadana ante la delincuencia.

El Gobierno también intenta desactivar un conflicto con guaraníes de la región oriental de Santa Cruz que exigen una compensación de cinco millones de dólares por el impacto ambiental de la construcción de una planta de gas en su territorio.

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, volvió a amenazar el fin de semana con investigar y detener a quienes cierren calles y carreteras, mientras que dirigentes de la oposición ironizan al recordar que Morales llegó al poder con huelgas y bloqueos que paralizaron Bolivia. EFE