9 abr (EFE).- Las mujeres que son obesas o diabéticas tienen, aparentemente, más probabilidades de tener hijos con trastornos como el autismo o demoras en su desarrollo, según un estudio que publica hoy la revista Pediatrics.
La doctora Paula Krakowiak, del Instituto MIND de la Universidad de California, y sus colegas llegaron a la conclusión de que la obesidad maternal está vinculada con mayores probabilidades de que la criatura tenga un diagnóstico de trastorno dentro del espectro del autismo o una demora en su desarrollo a la edad de cinco años.
De acuerdo con los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), en EE.UU. aproximadamente uno de cada 88 niños y niñas tiene un trastorno dentro del espectro el autismo y uno de cada 83 muestra demoras en su desarrollo.
Las cifras del gobierno muestran un incremento sustancial de los casos de trastornos relacionados con el autismo en las últimas dos décadas, pero algunos expertos en esta materia creen que las cifras más altas de diagnósticos reflejan, en realidad, una mayor precisión en los diagnósticos.
Hasta ahora no se han identificado las causas del autismo pero los científicos creen que en estos trastornos influyen factores genéticos y ambientales.
Otros estudios anteriores han identificado una relación entre la diabetes durante el embarazo y perjuicios en el desarrollo general del hijo, aunque las investigaciones que examinaron la relación con el autismo han tenido resultados ambiguos.
Krakowiak y sus colegas advirtieron de que su estudio es preliminar y no puede probar una relación de causa y efecto.
Estos investigadores analizaron los datos de un estudio continuo de niños nacidos en California. En este caso el análisis incluyó a 1.004 niños y niñas con edades de 2 a 5 años, de los cuales 517 tenían un trastorno dentro del espectro del autismo, 172 tenían otros retrasos en su desarrollo y 315 tenían un desarrollo típico.
Las condiciones metabólicas específicas analizadas en las madres fueron obesidad, hipertensión y diabetes (diabetes gestacional o diabetes tipo 2) durante el embarazo.
Las tres condiciones fueron más frecuentes entre las madres con niños que presentaban trastornos dentro del espectro del autismo u otros retrasos de desarrollo.
En conjunto las tasas fueron de 28,6 % para las madres de niños con trastornos relacionados con el autismo, 34,9 % para madres con niños que tenían retrasos en el desarrollo, y del 19 % para las madres con niños que se desarrollaban de manera normal.
Los científicos explicaron que la glucosa materna puede atravesar la placenta, pero la insulina no puede hacerlo.
Si la madre tiene elevados niveles de glucosa el feto deberá producir más insulina y el incremento en la demanda de oxígeno que resulta de ello puede inducir la hipoxia del tejido intrauterino.
Un nivel de glucosa materna mal regulado también puede resultar en una deficiencia de hierro para el feto, y tanto la hipoxia como la deficiencia de hierro puede dañar el cerebro que está desarrollándose. EFE