8 abr (EFE).- El Manchester United ganó hoy sin angustias al QPR (2-0) y puso tierra de por medio con sus vecinos del Manchester City, impotentes ante un Arsenal que les remató en los minutos finales con un gol del español Mikel Arteta (1-0).
A seis jornadas para el final de la liga inglesa, los «diablos rojos», líderes del torneo, han establecido una distancia de ocho puntos con los «citizens» que se antoja casi insalvable para un cuadro que parece haber olvidado el fútbol alegre y preciso que les llevó a liderar la Premier durante buena parte de la temporada.
Los de Roberto Mancini saltaron al campo con la presión añadida de conocer de antemano el resultado del United, que no dio opción en Old Trafford a un QPR demasiado inocente para unos «diablos» a los que, a falta de un juego brillante, les sobra la solvencia que aporta la veteranía.
El internacional inglés Wayne Rooney sumó su tanto número 22 en liga con un penalti controvertido al cuarto de hora del encuentro.
Ashley Young partía de una posición antirreglamentaria para encarar al guardameta Patrick Kenny, pero eso no impidió que el colegiado señalara la pena máxima y expulsara al defensa Shaun Derry cuando el inglés cayó derribado en el área.
El resto del partido, 75 minutos con un hombre menos, resultó un ‘via crucis’ para el QPR, que pudo salir peor parado de Old Trafford.
Los aficionados del United se han acostumbrado esta temporada a que los de Alex Ferguson hayan hecho del contragolpe una de sus mejores armas, pero disfrutaron esta tarde de un monólogo de los suyos sobre el césped ante un equipo que se vio sobrepasado en todos los aspectos del juego.
Los locales se hicieron cargo del balón hasta que el veterano Paul Scholes, con 37 años y de vuelta de su anunciado retiro del fútbol, apuntaló el marcador a 23 minutos para el final con un disparo desde la distancia que Kenny no supo anticipar.
El marcador en Manchester resultó una losa demasiado pesada para los jugadores del City, que llegaban a Londres con al obligación de cosechar tres puntos si no querían dejarse en Londres gran parte de sus opciones para disputar el título en lo que queda de campeonato.
Agüero reaparecía tras dos jornadas fuera de juego debido a una enigmática lesión en un pie, mientras que el español David Silva, incuestionable director del centro del campo «citizen», acusaba la dureza de una larga temporada y causaba baja en el último momento por unas molestias.
Así las cosas, fue el francés Samir Nasri quien tomó la responsabilidad de hacer frente desde la medular a sus excompañeros del Arsenal.
El juego de los de Mancini, sin embargo, parecía atascado, con el «Kun» impotente para superar a los defensas que había plantado Arsène Wegner al borde del área y con el italiano Mario Balotelli inspirado sólo en momentos puntuales.
Ni siquiera la salida del argentino Carlos Tévez a diez minutos para el final, el último recurso del técnico italiano, sirvió para salvar una tarde aciaga para los «citizens».
El español Mikel Arteta, que había desplegado de forma brillante el juego de los «gunners» desde el centro del campo, puso la puntilla a los visitantes a tres minutos para el noventa.
El guipuzcoano le robó un balón en la medular al chileno David Pizarro y, tras avanzar unos pasos con el esférico pegado al pie, descerrajó un disparo desde veinticinco metros que obligó al guardameta Joe Hart a inclinarse para recoger el balón de la red y dejó al City con menos argumentos que nunca para plantar cara a unos «diablos rojos» que se ven a un paso del título. EFE