Mucho se ha hablado de los beneficios que presta el Ministerio de Relaciones Laborales a los trabajadores, pero a la hora de la hora, el mismo empleado tiene que arreglárselas como puede. ¿De qué sirve poner una denuncia de despido intempestivo, si todo depende de la buena voluntad de los empleadores?
¿De qué sirve una entidad laboral, si el empleado debe seguir un juicio con sus propios recursos? De nada, entonces no existen tales leyes laborales que aseguran la estabilida laboral y el trato justo. Realmente resultó una sorpresa, que este tipo de situaciones no tengan solución oportuna. ¿Quién es el encargado de velar por el cumplimiento de la ley? Quizá ese papel les quede grande a los funcionarios del gobierno, que hasta ahora dejan mucho que desear.