En el país siempre hemos tenido esta disyuntiva, ya que tras décadas de decadencia de las instituciones públicas, esto es un estigma del que cuesta liberarse. Incluso ahora que centenas de trabajadores públicos han sido removidos de sus puestos, para que firmas privadas se hagan cargo de sus funciones.
En todo caso los usuarios de los hospitales públicos, como el Baca Ortiz han notado el cambio en la atención y en los servicios de limpieza y comida. Definitivamente se ve un mejor servicio. Pero ¿Que pasará con quienes se quedaron sin sus puestos de trabajo? Quizá tengan que enfilarse en la fuerza laboral privada, que por lo visto es más capacitada que en las insituciones públicas. La calidad del servicio también depende de la capacitación que reciban los trabajadores.