28 mar (EFE).- El tumor en la laringe que le encontraron el año pasado al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva desapareció con el tratamiento al que fue sometido en los últimos meses, informaron hoy sus médicos.
La desaparición del tumor cancerígeno fue constatada en los exámenes que se le realizaron este miércoles al exmandatario, de 66 años, según un boletín médico divulgado por el Hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo.
«Fueron realizados exámenes de resonancia nuclear magnética y laringoscopia que mostraron la ausencia del tumor visible», asegura el boletín.
De acuerdo con los médicos, lo único revelado por los exámenes fue «un leve proceso inflamatorio en las áreas sometidas a la radioterapia, como sería esperado».
Según el equipo responsable por el tratamiento, encabezado por el médico Roberto Kalil Filho, Lula seguirá acudiendo al hospital para proseguir sus sesiones de fonoaudiología y para un programa de evaluaciones periódicas que será iniciado en breve.
Los médicos ya habían anticipado que el tumor no estaba más visible en los exámenes de tomografía pero aún no se atrevían a declarar el éxito del tratamiento al que fue sometido el expresidente, que combinó quimioterapia con radioterapia.
Tras ser diagnosticado con cáncer el pasado 29 de octubre, Lula fue sometido hasta diciembre a un ciclo de quimioterapia que permitió reducir en un 75 por ciento el tumor maligno de tres centímetros que los exámenes mostraban en la laringe.
Los médicos complementaron el tratamiento con 33 sesiones de radioterapia, que comenzaron el pasado 4 de enero y concluyeron a finales de febrero, y cuyo objetivo era eliminar los residuos del tumor.
Pese al éxito del tratamiento, el exmandatario, que perdió cerca de 10 kilos, tuvo que permanecer hospitalizado una semana a comienzos de este mes por una neumonía que sus médicos consideraron como reacción normal en un paciente con el sistema inmunológico bajo.
Según sus asesores de prensa, tan pronto tuvo conocimiento de los resultados de los exámenes, Lula llamó por teléfono a Nueva Delhi a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, su sucesora y ahijada política, para comunicarle la noticia.
Después se dirigió al Instituto de Ciudadanía, que fundó y al que se dedica desde que abandonó el poder en enero de 2010, y ya planea reiniciar sus labores.
Los médicos, sin embargo, han dicho que el exgobernante podrá normalizar sus actividades en unos 30 días, cuando probablemente comenzará a apoyar a los candidatos del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) que disputarán las elecciones municipales de octubre del próximo año. EFE