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28 mar (EFE).- Las joyas de la Corona británica lucen más que nunca, gracias a la nueva presentación que desde hoy se hace de estas valiosísimas piezas en la Torre de Londres, con motivo del jubileo de diamantes de la reina Isabel II.

Los responsables de la Torre de Londres, uno de los principales atractivos turísticos de la capital británica, con casi 2,5 millones de visitantes al año, han redistribuido las joyas para realzar el brillo de sus piedras preciosas, aprovechando que se cumplen 60 años de la llegada al trono de la longeva soberana.

«Hemos apartado todo lo que había alrededor de las joyas para que luzcan más. La luz oscura del fondo, como de medianoche, ofrece un contraste muy fuerte que realza el brillo del oro y de los diamantes», dijo a Efe Sally Dixon-Smith, comisaria de la exposición.

Lejos de presentar las joyas como piezas de museo, la nueva disposición destaca el uso que aún se les da en las solemnes ceremonias de la monarquía británica.

«Algunas de las joyas fueron utilizadas en 1953 durante la ceremonia de coronación de la reina y otras se emplean con bastante frecuencia. No son piezas de museo, sino una colección viviente», destacó Dixon-Smith.

Una de las piezas más deslumbrantes es la corona de san Eduardo, utilizada en la ceremonia de coronación de los soberanos británicos desde 1661, aunque solo durante una media hora, dados sus 2,23 kilos de peso, entre oro macizo y piedras preciosas como zafiros, turmalinas y amatistas.

Junto a la valiosa corona, en esta ceremonia también se le otorga al monarca el cetro del Soberano, que contiene el diamante más perfecto del planeta, la Primera Estrella de África, de 530,2 quilates de valor.

Además, la corona del Estado Imperial, utilizada actualmente por Isabel II, contiene tres piedras de gran valor: el zafiro de san Eduardo, el zafiro de Estuardo y la Segunda Estrella de África, cortada del mismo diamante que la anterior, el Cullinan.

La muestra también contiene la corona de la reina madre con el diamante indio «Kor-i-Nûr», la espada repleta de joyas que los reyes ofrecen al altar durante su coronación, así como anillos, coronas y mazas utilizadas por la monarquía británica durante sus casi mil años de historia.

El objeto más antiguo de la muestra es una cuchara del siglo XII con que se unge con aceite al monarca antes de subir al trono.

Sin embargo, la mayoría son posteriores a 1661, fecha en que se restituyó la monarquía tras la guerra civil (1642-1651) que provocó la destitución y ejecución del rey Carlos I y la destrucción de la mayor parte de sus joyas, que ya entonces se guardaban en la Torre de Londres.

La exhibición dedica parte de su espacio a conmemorar los 60 años en el trono de la actual reina, con un vídeo con los mejores momentos de su coronación, así como la ropa que usó aquel día.

La entrada en la Torre de Londres cuesta 20,9 libras (casi 25 euros) y permite visitar, además de las joyas de la Corona, una muestra de las torturas que se practicaban cuando este edificio al borde del Támesis era una prisión.-EFE