Vie. Nov 22nd, 2024

28 mar (EFE).- Al cumplirse el aniversario de la guerra de las Malvinas, el Reino Unido reitera su compromiso de defender las islas y exige a Argentina que respete la autodeterminación de los malvinenses que quieren continuar bajo soberanía británica.

Este treinta aniversario del conflicto viene precedido de una escalada de la tensión entre el Reino Unido y Argentina, dos países con fuertes lazos históricos pero con una disputa territorial de por medio que entorpece unas normales relaciones bilaterales.

Mientras para Argentina es una reclamación de derecho territorial porque considera que las islas son una extensión de su plataforma submarina, el Reino Unido pone énfasis en el derecho basado en su presencia histórica y en el imperativo de respetar la voluntad de los isleños, un principio contenido en la Carta de la ONU.

Argentina no ha dejado de denunciar a escala internacional, como viene haciendo desde 1833, una situación que considera colonial en el Atlántico Sur y exige al Reino Unido una negociación, pese a los «oídos sordos» de sus sucesivos Gobiernos.

El Ejecutivo de Cristina Fernández ha intensificado su ofensiva diplomática a medida que avanzaba el aniversario y consiguió sumar apoyos entre sus vecinos latinoamericanos que se han traducido en numerosas molestias para los barcos con bandera malvinense porque se les ha denegado el permiso para atracar en puertos de América del Sur.

Ante esta situación, el primer ministro británico, el conservador David Cameron, llegó a acusar a Argentina de «colonialismo» por su insistencia en reclamar la soberanía de las islas y no respetar el deseo de los casi 3.000 habitantes del archipiélago.

«Lo que los argentinos han estado diciendo recientemente es mucho más colonialismo porque esta gente (los malvinenses) quiere seguir siendo británica y los argentinos quieren para ellos otra cosa», dijo Cameron el pasado 18 de enero en una declaración parlamentaria que causó la irritación de Buenos Aires.

A medida que Argentina intensifica su ofensiva diplomática, el Reino Unido contesta con el argumento de la autodeterminación y recuerda a Buenos Aires que no habrá negociación mientras no la quieran los isleños.

«El Gobierno argentino asume que, si presiona lo suficiente y hace ruido, hará que volvamos a la mesa de negociación para hablar de la cuestión de la soberanía, pero eso no va a suceder», señaló esta semana un portavoz del Ministerio británico de Exteriores.

Los malvinenses consideran que el deseo de elegir su propio futuro es un «derecho básico» estipulado en la Carta de la ONU e insisten en que quieren seguir siendo británicos.

«Todo lo que pedimos es que nos dejen en paz para elegir nuestro propio futuro, el de nuestros hijos y el de las futuras generaciones», dijo a Efe la representante de los isleños en el Reino Unido, Sukey Cameron.

«Es una pena que treinta años después de la cesación de las hostilidades, haya algunos en Argentina y en otros lugares que siguen fijándose en el pasado», agregó Cameron, quien, a pesar de llevar el mismo apellido, no está emparentada con el primer ministro británico.

Sukey Cameron recuerda que las islas, conocidas en el Reino Unido como las Falklands, no son una colonia del Reino Unido sino un territorio de ultramar.

«Es muy distinto. Nosotros no estamos gobernados por el Reino Unido: tenemos un gobierno propio, con excepción de la defensa y los asuntos exteriores», puntualizó la representante, que calificó a los isleños de gente «pacífica, trabajadora y resistente».

La tensión anglo-argentina se agravó con la presencia el pasado febrero en las islas del príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono británico, como parte de una instrucción militar.

Para Argentina, la estancia del príncipe ha sido una provocación; para el Reino Unido, un simple entrenamiento castrense.

El conflicto bélico de 1982, en el que murieron 255 militares británicos y 650 argentinos, comenzó cuando la junta militar argentina ocupó las islas el 2 de abril y terminó con la victoria del Reino Unido el 14 de junio. EFE