Jue. Nov 21st, 2024

22 mar (EFE).- El vicepresidente suní iraquí, Tarek al Hashemi, denunció hoy la muerte bajo tortura de uno de sus guardaespaldas detenidos y pidió a la comunidad internacional investigar este fallecimiento, que según Bagdad se debió a una insuficiencia renal.

En un comunicado, Al Hashemi señaló que el cuerpo de Amer al Bataui, de 33 años, fue entregado el pasado domingo a su familia y que los forenses no precisaron la causa de su muerte, ocurrida en la cárcel en la que estaba preso.

El guardaespaldas fue detenido el pasado 19 de diciembre por la policía iraquí en Bagdad para interrogarlo sobre las acusaciones dirigidas contra el vicepresidente suní de supuestos delitos de terrorismo.

Las autoridades judiciales emitieron en esa fecha una orden de detención contra Al Hashemi partiendo de los testimonios de algunos de sus guardaespaldas, que reconocieron haber cometido una serie de operaciones contra miembros de las fuerzas de seguridad, funcionarios gubernamentales y peregrinos chiíes.

El vicepresidente agregó que «el informe forense no precisó la causa de la muerte, lo que levanta sospechas», e instó a la comunidad internacional a «enviar un comité neutro y especializado para definir las causas de la muerte».

Además, acusó a los servicios de seguridad y a la justicia iraquí de «ocultar la retención» del fallecido, cuyo nombre no ha figurado en la lista de los guardaespaldas detenidos, según el comunicado.

Por su parte, la policía iraquí desmintió las acusaciones de Al Hashemi y aseguró que Al Bataui falleció a causa de «una insuficiencia renal crónica».

El vicepresidente suní buscó refugio en el Kurdistán iraquí después de ser acusado, por lo que el Gobierno de Bagdad ha pedido en varias ocasiones a las autoridades de esa zona que cumplan con la orden de detención y entreguen a Al Hashemi para que comparezca ante un tribunal.

Desde la emisión de la orden de la detención contra Al Hashemi, que se produjo un día después de la retirada total de las tropas estadounidenses, Irak vive una grave crisis política y un repunte de la violencia, la mayoría contra la comunidad chií. EFE