Vie. Nov 22nd, 2024

20 mar (EFE).- El fotógrafo y productor de jazz estadounidense Hank O’Neal, quien trabajó durante trece años como agente de la CIA, publica hoy «EXCIA’s Street Art Project», un libro que reúne las imágenes de arte callejero que ha fotografiado durante cuatro décadas.

«En 1976, cuando (la CIA) quería trasladarme fuera de Nueva York, lo tuve que dejar porque en esa época ya estaba escribiendo libros, produciendo música, conciertos… Y decidí que eso era lo que quería hacer el resto de mi vida», explicó hoy O’Neal en una entrevista con Efe.

Nacido en Fort Worth (Texas), el ahora septuagenario fotógrafo fue contactado por primera vez por los servicios de inteligencia de Estados Unidos a los 19 años, después de que uno de sus profesores que se encargaba de encontrar «talentos» para la CIA recomendase al entonces joven estudiante.

Tan sólo dos años después, en enero de 1963, O’Neil se convirtió en agente del área de operaciones domésticas de esa organización, un trabajo sobre el que no puede ofrecer muchos detalles pero que consistía en reunirse con hombres de negocios, científicos o profesores para recopilar información «de interés».

«Elegí la oferta de la CIA porque era algo como glamuroso», asegura entre risas O’Neil, quien dice que jamás se cansó de su trabajo en los servicios de inteligencia durante los trece años que ocuparon su vida, una época en la que logró compaginar el espionaje con su pasión por la fotografía y la música.

La fórmula, dice, fue no desperdiciar jamás un minuto «menos para perseguir a chicas» y dormir seis horas diarias, y recuerda que al terminar su jornada como agente de la CIA se dedicaba a tomar fotos y revelarlas en el cuarto oscuro de su casa, donde solían darle «las doce de la noche».

«Si amas todo eso, incluso si tienes 70 años como yo, encontrarás una manera de presionarte para estar despierto», afirma O’Neil, quien ha fotografiado a lo largo de su vida a grandes personalidades como Jacqueline Onassis, quien incluso editó uno de sus libros, o renombrados artistas como el colombiano Fernando Botero.

Sin embargo, su cámara también ha retratado a los artistas callejeros más desconocidos y la obra que pintan en las paredes de todo el mundo, unas imágenes que centran ahora su último libro, «EXCIA’s Street Art Project: The First Four Decades», que publica desde hoy en Estados Unidos la editorial Siman Media Works.

«El arte callejero es muy vibrante y emocionante. La mayor parte de las cosas que están en museos y galerías no son emocionantes. ¿De verdad quieres ir a un museo a ver a una mujer desnuda mirando fijamente una pared? ¿O una habitación llena de judías? ¿O una pila de rocas en una esquina?», se pregunta el fotógrafo.

Por ello, desde mediados de los 70 O’Neil comenzó a fotografiar los grafitis y murales que pueblan las paredes de Nueva York y otras ciudades del mundo, imágenes en las que ha capturado el trabajo de artistas con SAMO, el pseudónimo «callejero» de Jean-Michel Basquiat, o del famoso grafitero Bansky.

O’Neal, que terminó fundando su propio sello discográfico, «Chiaroscuro» y reconoce estar fascinado con músicas tan diversas como la Zarzuela española, la voz de Plácido Domingo o el saxo de John Coltrane, compara el arte callejero con la construcción musical del jazz, y lo define como una «improvisación en la pared».

El septuagenario artista expondrá algunas de las imágenes que componen su libro en la galería neoyorquina Howard Greenberg a partir del próximo 29 de marzo, un día en el que la grafitera de origen ecuatoriano TOOFLY improvisará dibujos sobre una de sus fotografías. EFE