13 mar (EFE).- El Congreso brasileño rindió hoy un homenaje a la jefa de Estado, Dilma Rousseff, en su condición de primera presidenta del país en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer, que se celebra cada 8 de marzo pero en Brasil se festeja durante todo el mes.
«Estoy convencida de que el siglo XXI será el siglo de la mujer», declaró Rousseff al recibir el Premio Bertha Lutz, que el Congreso otorga a personas que trabajan en favor de la igualdad de género.
La mandataria saludó en forma especial a sus 10 ministras, pero también a sus 27 ministros, de quienes aseguró que comparten «las luchas de las mujeres por la igualdad de oportunidades», que «siempre demandó unos enormes sacrificios».
Afirmó que la «lucha por la igualdad de género no es completa» si no se funde con «la búsqueda de la igualdad racial y muchas otras igualdades», entre las que citó con especial énfasis la necesidad de una mayor igualdad de oportunidades.
«Sabemos que las personas son diferentes, pero no pueden tener oportunidades desiguales», destacó Rousseff, quien aseguró que una sociedad más equitativa es la meta principal de su gestión.
En su discurso, hizo un repaso de las políticas aplicadas por su Gobierno en favor de las mujeres, pero valoró en especial las que se dirigen a reducir «todas las desigualdades», con un modelo basado en «el crecimiento económico, pero también en la distribución de renta y el desarrollo social».
El presidente del Senado, José Sarney, recordó en el acto que el pasado 28 de febrero se cumplieron 80 años de la aprobación del voto femenino en Brasil, un «hito» que «permitió con mucho atraso que finalmente una mujer llegará a la Presidencia» del país, dijo.
Sarney, quien fue presidente de Brasil entre 1985 y 1990, valoró el hecho de que «las mujeres están cada vez más presentes» en la política de América Latina y destacó que Rousseff, junto con la argentina Cristina Fernández y la costarricense Laura Cinchilla, «gobiernan a casi el 40 por ciento de la población de la región».
También recordó los dos años que Rousseff pasó en prisión entre 1970 y 1972 por su militancia en grupos de izquierda que combatían a la dictadura que imperaba entonces en Brasil, y afirmó que «aunque pasó por pruebas traumáticas», como la tortura, «supo superar todo para convertirse en la criatura extraordinaria que es hoy».
Otra de las oradoras fue la ministra brasileña de Políticas para la Mujer, Eleonora Menicucci, quien fue compañera de celda de Rousseff en los tiempos de la dictadura y valoró el «coraje» y la «entereza» de la jefa de Estado.
En el mismo acto, también fueron homenajeadas María do Carmo Ribeiro, viuda del dirigente comunista Luis Carlos Prestes; Eunice Michilles, quien fue la primera senadora brasileña; la misionera Rosali Scalabrin y la profesora Ana Alice Alcántara da Costa. EFE