Jue. Nov 21st, 2024

12 mar (EFE).- La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, pidió hoy a Rusia y China que cambien de postura en el Consejo de Seguridad y apoyen el plan de transición diseñado para Siria por la Liga Árabe para detener de una vez «los asesinatos de sirios inocentes».

«Creemos que ha llegado el momento de que todas las naciones, incluso aquellas que han bloqueado antes nuestros esfuerzos, respalden el acercamiento humanitario y político de la Liga Árabe», dijo Clinton ante el Consejo, en clara referencia a Moscú y Pekín, que han vetado en dos ocasiones resoluciones de condena a Damasco.

La jefa de la diplomacia estadounidense abogó así por que la comunidad internacional diga «con una sola voz y sin lugar a dudas» que «la transición política» debe empezar en Siria, donde continúa la que definió como una «campaña de terror que ha golpeado la conciencia de todo el mundo».

«El pueblo sirio debería tener la misma oportunidad de dar forma a su futuro como la han tenido los pueblos de Túnez, Egipto, Libia y Yemen», señaló la ex primera dama estadounidense en el debate celebrado en el Consejo de Seguridad sobre la «primavera árabe» y que acabó centrado en la crisis siria.

Clinton acusó de «cínico» al presidente de Siria, Bachar al Asad, por seguir adelante con su campaña de represión mientras este fin de semana se reunió con el enviado de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan.

La norteamericana lamentó concretamente el doble veto ruso y chino de hace cinco semanas en el Consejo de Seguridad a una resolución que incluía el respaldo al plan de transición diseñado por la Liga Árabe, lo que definió como una «oportunidad perdida» para la comunidad internacional.

«No se nos permitió siquiera condenar la violencia y apoyar un plan de paz diseñado por los vecinos de Siria», dijo la secretaria de Estado, quien señaló que «el respeto a la soberanía e integridad de Siria no significa que el Consejo de Seguridad permanezca en silencio mientras un Gobierno masacra a su propio pueblo».

Además, rechazó «cualquier equivalencia entre asesinatos premeditados por la maquinaria militar de un Gobierno y las acciones de unos civiles sitiados que han sido empujados al uso de la legítima defensa».

Las palabras de Clinton se centraron así en los argumentos de Rusia y China para vetar las dos resoluciones presentadas en octubre y febrero ante el Consejo: el respeto a la soberanía de Siria y sus reticencias a impulsar un cambio de régimen, y la necesidad de condenar por igual a Gobierno y oposición.

«La situación en Siria supone una grave preocupación para Rusia», había dicho antes el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, quien acusó al Consejo de Seguridad de haberse dejado manipular hace un año cuando aprobó el uso de la fuerza en Libia y quien aseguró que desea evitar una situación parecida ante la crisis siria.

«Cualquiera que sea el objetivo planteado en cualquier situación, no se debería conseguir mediante la manipulación de las decisiones del Consejo de Seguridad», aseguró el ministro ruso, quien acusó al Consejo de usar la resolución aprobada el pasado marzo y que permitió una zona de exclusión aérea «para realizar bombardeos masivos» sobre Libia, en referencia a los ataques de la ONU.

Lavrov aseguró hablando ya de Siria que «las precipitadas peticiones de cambio de régimen, las sanciones unilaterales y los ánimos a la oposición para seguir adelante con su confrontación con las autoridades» son «recetas peligrosas» que no harán más que «extender el conflicto».

El ministro indicó que las autoridades sirias cuentan «con una buena parte de responsabilidad» sobre la situación actual, pero llamó al resto de miembros del Consejo a «no ignorar que ahora el Gobierno lucha no contra hombres desarmados, sino contra unidades de combate, y contra grupos extremistas, incluida Al Qaeda».

Lavrov también presentó durante su intervención los cinco puntos que pactó en El Cairo con la Liga Árabe y que estipulan el cese de la violencia «sea cual sea su origen», la creación de un mecanismo neutral que supervise el alto el fuego, la no intervención extranjera, la llegada de ayuda humanitaria «sin obstáculos» y el respaldo a la misión de Kofi Annan para establecer un diálogo entre el régimen de Damasco y la oposición.

En la misma reunión, el ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, y su colega francés, Alain Juppé, también pidieron una rápida acción del Consejo de Seguridad para frenar la violencia en Siria. EFE

Por ccarrera