12 mar (EFE).- El uso de mangueras y aspersores domésticos quedará prohibido a partir de abril en el sur y el este de Inglaterra como primera medida para hacer frente a la sequía que afecta a una parte del país, anunciaron hoy las compañías que suministran agua a esas zonas.
Siete compañías prohibirán el riego a nivel doméstico debido a la sequía, después de dos inviernos seguidos especialmente poco lluviosos que han dejado los pantanos, acuíferos y ríos del Reino Unido en niveles muy por debajo de lo normal.
El Ministerio de Medioambiente declaró el mes pasado como zonas de sequía el sur y parte del este del país, pero advirtió hoy de que la situación podría extenderse en las próximas semanas a las regiones del norte y el oeste si no llueve mucho durante la primavera.
La titular británica de Medioambiente, Caroline Spelman, dijo que es importante respetar las restricciones temporales, que no se aplicaban desde 2006, pues ello ayudará a asegurar el suministro en las áreas más afectadas después de los bajos niveles de lluvia de los últimos 17 meses
A partir del 5 abril, en siete provincias de Inglaterra estará prohibido regar y utilizar aspersores, pero algunas compañías han advertido de que a finales de marzo se podrían anunciar más restricciones relacionadas con el uso no esencial de agua, como el lavado de coches y el llenado de piscinas y fuentes.
Por su parte, el sindicato nacional de granjeros pidió hoy que se eviten dentro de los posible las restricciones de agua en la agricultura por el impacto que podrían tener en los cultivos y la ganadería.
En estos momentos, el nivel de muchos ríos ingleses está por debajo del que se registró en 1976, cuando una de las peores sequías que se recuerdan en el país acabó con parte de la vida salvaje de la zona, avivó los incendios durante los meses de calor e hizo ascender el precio de los alimentos.
Una de las principales preocupaciones de las autoridades es la posibilidad de que Londres sufra restricciones de agua durante la celebración de los Juegos Olímpicos, el próximo agosto, cuando cientos de miles de visitantes llegarán a la capital británica. EFE