El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, volvió a defender hoy el rescate con dinero público del sector del automóvil en 2009 y aprovechó para atacar a los candidatos presidenciales republicanos por rechazarlo con el argumento de que benefició a los sindicatos.
Obama pronunció un discurso claramente electoral en un acto en Washington con miembros del sindicato de los trabajadores del automóvil (United Auto Workers, UAW), el mismo día en que Michigan, el centro neurálgico de esa industria en el país, celebra primarias dentro de la contienda por la candidatura presidencial republicana.
«Ustedes recordarán que hubo algunos políticos que dijeron que no debíamos hacer nada. Algunos dijeron que debíamos dejar que Detroit (sede de los gigantes del motor de EE.UU.) se fuera a la quiebra», subrayó Obama ante los trabajadores de UAW.
Ahora esos políticos están diciendo que «el rescate de la industria automotriz estadounidense» con dinero de los contribuyentes «sirvió para pagar a los sindicatos», anotó Obama en alusión a los republicanos.
Al respecto, el presidente recordó que en el marco del acuerdo para salvar al sector del automóvil los miembros de UAW aceptaron reducciones salariales y de sus beneficios de atención médica.
El domingo pasado, el aspirante presidencial republicano Mitt Romney comentó en Michigan, su estado natal, que Obama usó el rescate del motor para favorecer, entre otros, a grupos «que lo apoyaron» como el sindicato UAW.
Otro de los candidatos republicanos, el exsenador Rick Santorum, sostuvo por su parte hace unos días, al abrir campaña en Michigan, que el hecho de que los grandes del motor esperaran el rescate con dinero público disuadió al sector privado de tomar la iniciativa y proveer la financiación necesaria.
Romney, Santorum y los otros dos aspirantes a la candidatura presidencial republicana, Newt Gingrich y Ron Paul, han expresado en varias ocasiones su rechazo a ese rescate promovido por Obama en 2009.
Con ese rescate «aposté por el trabajador estadounidense», enfatizó hoy el presidente.
Los fondos públicos destinados a General Motors (GM) y el grupo Chrysler, posteriormente adquirido por la italiana Fiat, tras sus procesos de bancarrota en 2009 han permitido que en tan sólo dos años hayan vuelto a las ganancias y a contratar trabajadores.
Ford, que no se declaró en quiebra, también fue apoyada con fondos públicos y se ha sumado a sus más directos rivales en la presentación de resultados positivos en 2011, al tiempo que pronostica mejora en 2012 y aumento de la contratación.
Tres años después del rescate, «la industria automotriz estadounidense está de vuelta», destacó Obama. EFE