21 feb (EFE).- El Óscar al mejor actor en la 84 edición de los premios de la Academia parece cosa de dos galanes del cine actual, George Clooney («The Descendants») con su característico encanto estadounidense, y Jean Dujardin («The Artist»), que ha vuelto a poner de moda el acento francés en Hollywood.
Una carrera por la estatuilla en la que también participan Brad Pitt («Moneyball»), el mexicano Demián Bichir («A Better Life») y Gary Oldman («Tinker Tailor Soldier Spy»).
GEORGE CLOONEY: La sonrisa del triunfador
Actor de sonrisa fácil y apariencia cercana, George Clooney se ha labrado una exitosa carrera a base de personajes que de una forma u otra representan la imagen del éxito. Sus protagonistas acostumbran a lucir un corte de pelo impecable, buen afeitado y elegante traje como si siempre estuvieran preparados para asistir a alguna gala de premios.
Curiosamente, el único Óscar logrado hasta ahora por el popular intérprete de 50 años ha sido por encarnar a un hombre corriente, entrado en kilos y con barba a quien someten en «Syriana» (2005) a una tortura digna del irrefrenable Jack Bauer de la serie «24».
Ni por su papel de abogado en «Michael Clayton» (2007) ni por su rol de ejecutivo impenitente en «Up in the Air» (2009), sus otras dos nominaciones de actuación hasta este año, logró el prestigioso galardón.
«The Descendants» es una de esas rarezas en las que Clooney se aleja de su estereotipo y deja el esmoquin en el armario para sustituirlo por una pintoresca camisa hawaiana, pantalones cortos y sandalias.
En ese drama, Clooney hace de padre de familia que descubre que su esposa le era infiel cuando ésta cae en coma, una situación que le lleva a buscar reconciliarse con sus dos hijas mientras sus parientes le presionan para que tome una seria decisión económica.
La angustia de su personaje recompensó al actor, que ya ganó en los Globos de Oro por este trabajo y podría repetir en los Óscar, donde a buen seguro lucirá su característica sonrisa de triunfador.
Sería la primera estatuilla como actor protagonista para Clooney, quien también es candidato en esta edición en la categoría de mejor guión adaptado por «The Ides of March», cinta que también dirigió.
JEAN DUJARDIN: Un Óscar para Francia
A pesar de los grandes intérpretes que ha dado la cinematografía francesa, nunca hasta la fecha un galo -aunque sí una mujer, Marion Cotillard- ha conseguido el Óscar de mejor actor. Ni Jean-Paul Belmondo, ni Alain Delon, ni Gérard Depardieu lograron la ansiada estatuilla, algo que quiere subsanar Jean Dujardin, cuyo nombre era desconocido en Hollywood hasta que protagonizó «The Artist».
La película, candidata a diez Óscar, situó a Dujardin en un mano a mano con George Clooney por el galardón. Una carrera en la que Dujardin ya se impuso a Clooney en los premios del sindicato de actores (SAG).
Dujardin, de 39 años, mejora su inglés a marchas forzadas aunque aún echa mano de traductor para las ruedas de prensa en Hollywood donde ha resucitado el seductor tono francés que tanto gusta a los estadounidenses.
Las opciones de estatuilla para Dujardin se han visto sin embargo enturbiadas por la polémica originada recientemente por el cartel de su próxima película, «Les Infidèles», acusado de menospreciar a la mujer por mostrar al actor sujetando las piernas desnudas de una joven y en el que se lee «Voy a entrar a una reunión».
BRAD PITT: El actor tras la cara bonita
Dicen los críticos de Hollywood que Brad Pitt ha demostrado ser como el buen vino, que mejora con los años, y en vista de sus dos últimos trabajos no les falta razón.
Pitt es el único de todos los nominados en su categoría que es protagonista en más de un filme de entre los nueve candidatos a mejor película en los Óscar: «Moneyball» y «The Tree of Life».
Con 48 años, el intérprete ya no es aquel chico que encandiló en «Legends of the Fall» (1994) y, a pesar de las arrugas, retiene sin problemas el estatus de «guapo» de la meca del cine al tiempo que ha sabido sacarle partido a su larga experiencia cinematográfica.
Más allá de su vida en las portadas de las revistas, Pitt se ha ganado el respeto de sus compañeros de profesión a pulso y atesora ya tres candidaturas interpretativas a los Óscar, la primera por el joven trastornado de «Twelve Monkeys» (1995) y la segunda por rejuvenecer hasta morir en «The Curious Case of Benjamin Button» (2008).
La tercera por «Moneyball» ha llegado con un personaje sin estridencias cuya única particularidad es su afición a mascar tabaco mientras se devana los sesos tratando de convertir a un equipo de béisbol de perdedores en el ganador del campeonato.
Pitt hizo un trabajo lleno de matices y sin necesidad de explotar su atractivo, que a buen seguro paseará de mano de su pareja, Angelina Jolie, sobre la alfombra roja de los Óscar.
El mérito del actor, sin embargo, no parece que vaya a tener recompensa esta vez y tendrá que seguir esperando para alzarse con su estatuilla, algo que llegará si sigue por ese camino.
DEMIÁN BICHIR: La nominación es el premio
Con una película independiente sobre el drama de la inmigración ilegal que muestra el lado menos «glamouroso» de la ciudad de Los Ángeles, Demián Bichir, de 48 años, logró el más difícil todavía al conquistar la nominación de mejor actor por «A Better Life».
Lo hizo gracias a una soberbia interpretación que consiguió abrirse camino entre los grandes nombres de la meca del cine cuyos trabajos están muy promocionados por las estructuras de los grandes estudios. Por eso estar entre los cinco finalistas es ya, de por sí, un éxito, más aún si cabe que estrellas como Leonardo DiCaprio («J. Edgar») se quedaron atrás.
Llegados a este punto, la realidad suele imponerse y tanto Clooney como Dujardin parten con ventaja, aunque para Bichir soñar con el premio siempre es posible.
Es frecuente que los galardones de mejor actor y mejor actriz vayan a parar a artistas cuyos filmes son candidatos también en la categoría de mejor película, algo que no ocurre en el caso de Bichir y Oldman.
Si triunfa, Bichir se convertiría en el primer mexicano en ganar el Óscar al mejor actor protagonista y el segundo tras el célebre Anthony Quinn en lograr una estatuilla interpretativa.
Quinn venció en dos ocasiones como secundario: «Lust for Life» (1956) y «Viva Zapata!» (1952).
GARY OLDMAN: La cuota británica
La influencia de las creaciones y los artistas del Reino Unido en Hollywood ha ido a más con el paso de los años, tanto es así que en la última década seis intérpretes británicos han estado nominados al Óscar de mejor actor, dos de ellos, Daniel Day-Lewis y Colin Firth, por partida doble.
El último en seguir los pasos de Ben Kingsley, Michael Caine, Jude Law o Tom Wilkinson ha sido el veterano Gary Oldman gracias a su cerebral papel en la cinta de espionaje «Tinker Tailor Soldier Spy».
Para Oldman, de 53 años, es su primera candidatura a una estatuilla tras una extensa carrera en la que ha dado vida a numerosos e icónicos personajes como a Drácula en la película homónima dirigida por Francis Ford Coppola en 1992 o el mago Sirius Black en la popular saga «Harry Potter».
Este año retomará uno de sus papeles más conocidos, el del agente Jim Gordon en la taquillera saga de Batman con «The Dark Knight Rises». EFE