Vie. Nov 22nd, 2024

El naufragio se produjo a las 21h40 hora local de ayer cuando el barco se dirigía desde el puerto de Civitavecchia, a 70 kilómetros al norte de Roma, hacia Savona (noroeste de Italia), etapa de un crucero por el Mediterráneo que tenía escalas en Barcelona y Palma de Mallorca (España), así como Palermo y Cagliari (Italia) y Marsella (Francia).
El naufragio en el mar Tirreno frente a la isla de Giglio (centro de Italia) del más grande crucero italiano, el “Costa Concordia”, deja un saldo de 70 personas no localizadas y la detención del comandante del barco.
Los muertos son un peruano, miembro de la tripulación, y dos turistas franceses cuyos cadáveres fueron recuperados hoy del mar por los socorristas, que continúan aún con las tareas de búsqueda en torno al casco de la embarcación, de 114.500 toneladas y casi 300 metros de eslora.
Además de los tres fallecidos, 40 pasajeros sufren heridas de diversa consideración y dos de ellas se encuentran en estado grave, una con un traumatismo craneal y otra en la espina dorsal.Por su parte, el comandante del ‘Costa Concordia’, Francesco Schettino, ha sido detenido, según el fiscal jefe de Grosseto (centro de Italia), Francesco Verusio, quien le interrogó durante varias horas.
Otro miembro de la tripulación, cuya identidad no ha sido desvelada, también está siendo investigado, según medios italianos.
En el barco viajaban 177 españoles, 107 latinoamericanos de Brasil, Argentina, Perú, Venezuela, Chile, Cuba, México, Ecuador, Colombia, República Dominicana y Uruguay y un andorrano, además de casi un millar de italianos, 569 alemanes y 462 franceses, los tres países con mayor número de pasajeros por delante de España.
Un grupo de nueve españoles que iba en el crucero buscaba hoy en Porto Santo Stefano (frente a Giglio) a uno de sus familiares, del que no tenía noticias desde el naufragio.
Otro joven español, alojado en un hotel de Roma, tampoco tenía noticias desde la noche del accidente, de los dos amigos que le acompañaban.
Hasta el momento se desconocen las causas del suceso, aunque se baraja la posibilidad de que el capitán siguiera una ruta equivocada, ya que el buque no debería encontrarse en el punto donde recibió el impacto contra las rocas a ambos lados del barco, que ha quedado escorado a 80 grados y encallado en un banco de arena de 30 metros de profundidad.
Según contaron los supervivientes de la tragedia, cuando la mayoría de los pasajeros estaba cenando se escuchó un fuerte golpe y a la vez se fue la luz, tras lo que el comandante del barco llamó a la calma, asegurando que se trataba de una avería eléctrica. “Ha sido una pesadilla, parecía el Titanic, pensábamos morir”, afirmaron los italianos Silvana Caddeo, Ignazio Deidda y Mirella Corda, quienes precisaron que cuando tuvo lugar el accidente estaban cenando y se produjo el golpe, que propició la caída de botellas y vasos de las mesas, tras lo cual se oyeron las “sirenas de emergencia”. Los rescatados han sido evacuados en botes salvavidas a Giglio.

Mal servicio del crucero

Varios turistas españoles y latinoamericanos que se alojan en un hotel próximo al aeropuerto romano de Fiumicino a la espera de ser repatriados, expresaron su indignación por el trato recibido por parte de los responsables del crucero y el “caos” que se vivió durante la evacuación. Señalaron que la tripulación no tenía ni idea de cómo evacuar el barco y que el capitán les mintió hasta el último

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