Los ciudadanos hallaron una nueva sorpresa ante la imposibilidad de comprar un cilindro de gas doméstico. Y aunque la crisis aparentemente se ha superado, no se puede negar que el uso de este recurso es indebido.
Por un lado, aún no se regula el uso de gas industrializado para restaurantes y hoteles, quienes hacen el uso mayoritario del mismo. A pesar de las prohibiciones del uso de calefones, aún se puede observar la venta de estos artefactos.
Pero ese no es realmente el problema, pues una familia de clase media puede y debe beneficiarse del subsidio que otorga el Gobierno Nacional.
Pero quienes lucran con este recurso deberían aportar económicamente. Es hora de regular este tema. Esperemos que una nueva crisis