Las autoridades brasileñas extraditaron ayer a Irlanda a un sacerdote de 72 años que responde en su país a acusaciones de pederastia. El religioso, identificado como P.J. Kennedy, fue arrestado por agentes de la Policía Federal Brasileña y la Interpol, la mañana del lunes en Sao Paulo y fue deportado de forma sumaria en el mismo día.
Kennedy, que es acusado de 55 supuestos casos de abusos sexuales a menores, ocurridos en los años 80, residía en Brasil desde 2003, un año antes de que la Interpol emitiese la orden internacional de búsqueda y captura.
La Policía Federal brasileña vigilaba al sacerdote P.J. Kennedy desde hace cuatro meses y efectuó la extradición sumaria alegando que el sacerdote mintió en su solicitud del visado permanente en Brasil.