Vie. Nov 22nd, 2024

En estas épocas abunda la ‘solidaridad’ de las empresas y entidades públicas hacia los menos favorecidos. Lo cual es plausible y hasta admirable, pero habrá que leer siempre entre líneas. Es decir, esto se ha tomado como un comodín dentro de nuestro entorno para figurar y hacer notar su ‘buen corazón’. Sinceramente, estos actos no deberían tomarse como solidarios, sino como una responsabilidad y una obligación social y moral.
Sobre todo desde la perspectiva de la inequitativa repartición de los recursos.
Los menos favorecidos, lo son porque hubieron unos pocos que se aprovecharon de circunstancias y estrategias para enriquecerse con el trabajo de los demás.
Una bolsa de caramelos no soluciona las verdaderas problemáticas de nuestro país.

Por adm