Un infarto de miocardio producido por la ‘fatiga física y mental’ durante un viaje en tren fuera de la capital, Pyongyang, fue la causa de su muerte, según la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte.
Este fallecimiento ha despertado incertidumbre en la comunidad internacional, que se debate entre el temor a un endurecimiento del conflicto nuclear y la débil esperanza de que sirva para la apertura del hermético régimen de Pyongyang.
La alarma es generalizada entre sus vecinos, en especial Corea del Sur.
Poco después de conocerse el fallecimiento, el presidente surcoreano, Lee Muyng-bak, y el de EEUU, Barack Obama, acordaron mantener una estrecha vigilancia sobre Corea del Norte y cooperar para afrontar la nueva situación. El mandatario pidió a los surcoreanos mantener la calma.
“El Gobierno cooperará estrechamente con la comunidad internacional para mantener la paz y la seguridad en la península coreana”, señaló.
Por su parte, el ministro portavoz japonés, Osamu Fujimura, mostró las condolencias niponas por esta ‘repentina muerte´ y realizó un llamado por la paz
Para la población de Corea del Sur, no bastan los esfuerzos que realice su mandatario, ya que solo cuatro horas después de la muerte de Kim, los norcoreanos probaron un misil de corto alcance, que impactó en el mar.
Sin embargo, la agencia surcoreana Yonhap, indicó que el lanzamiento del misil no tiene que ver con la muerte del líder .
La ansiedad embarga a este país, ya que prácticamente las naciones se encuentran en guerra, pues después del conflicto que las enfrentó en 1950, no se logró concretar un tratado de paz entre ambas.
