Todos los balnearios munipales de Quito no cobraron los cinco días de feriado. Por una ordenanza emitida por el alcalde capitalino, Augusto Barrera, los ciudadanos pudieron disfrutar estos sitios de recreación sin costo alguno.
La afluencia de personas a los balnearios de la ciudad superó lo que se tenía previsto. Es así, que Rimiloma, Cununyacu y El Tingo lucieron totalmente abarrotados de personas. Además, en los mismos se efectuaron actividades de esparcimiento, como gimnasia al aire libre, presentaciones de baile y de música que llenaron de color y alegría los días de asueto.