Vie. Nov 22nd, 2024

El éxodo de los jugadores ecuatorianos a México ha fluído como un manantial en los últimos años. El balompié azteca se ha convertido en el mercado más importante para nuestro fútbol.
La partida de Ítalo Estupiñán al Toluca de México en 1975, es el punto de arranque de la presencia compatriota en los rectángulos de la tierra del tequila y los mariachis.
‘Yerbita’, así le decían a ese delantero potente, valiente y goleador que apareció en Macará y que luego con la blusa de Nacional alcanzó la consagración, casa adentro.
La ferocidad de su juego lo transformó en el ‘Gato Salvaje’ en su tránsito por tierras mexicanas. Fue campeón y sensación con la blusa de los ‘Choriceros’ de Toluca. Levantó otro galardón en el Puebla y a renglón seguido fue contratado por las Águilas del América, que confiaron a muerte en su olfato de gol.
Una delicada lesión en la rodilla lo alejó de la actividad, no sin antes vestir la blusa de Universidad Católica, integrando el ‘dream team’ que armó el doctor Fidel Egas Grijalva en 1979, en los tiempos en que su chequera era muy generosa y no había olvidado, como ahora, la clave de su millonaria caja fuerte.
Ítalo dejó clavada la bandera, que de alguna manera ayudó a mantener en vigencia, la categoría de ‘Palillo’ Garcés, un puntero magistral que volaba por la derecha y hacía goles a granel. Después se convirtió en Torres Garcés, al recibir el apellido paterno y cambió la banda por la mitad de la cancha para exhibir su talento y su manejo fino con las blusas de Emelec y en grado superlativo, con la de Barcelona, en la que dejó una estela inolvidable de éxitos.
Luego llegó el tiempo de Alex Aguinaga. Su presencia marcó una época en el fútbol mexicano con la camiseta del modesto e impopular Necaxa, que con su juego magistral llegó a la cima.
Fue considerado como el jugador extranjero más rentable de todos los tiempos. Una muestra de capacidad, vigencia y profesionalismo a toda prueba. En el ocaso en suelo azteca, vistió la blusa del Cruz Azul, sin la repercusión e importancia que alcanzó en los Rayos. De alguna manera fue una triste despedida, forzada por su persistencia de alargar la permanencia en las canchas, que alcanzó un final sin mayor brillo con la blusa de Liga Deportiva Universitaria.
Ese terreno labrado con esfuerzo ha recibido con los brazos abiertos a una auténtica legión en el 2011. Triunfan Benítez, Arroyo, ‘La Yoya’ Ayoví, ‘Chivo’ Suárez, Joao Rojas, Walter Ayoví y Félix Borja. Ahora se anuncia la partida de Friscon Erazo, de la mano de Aguerre, el empresario que en mayor cantidad ha exportado a nuestros valores. Es una buena noticia. México es una parcela bendita para nuestros cracks.

Por: Raúl Cruz Molina

Por ccarrera