Tras un terremoto de 7,3 de magnitud que sacudió la provincia de Van, al este de Turquía, habrían muerto alrededor de 500 personas, según informó Mustafa Gedik, director del Instituto turco de Sismología de Kandilli de la Universidad del Bósforo de Estambul.
El viceprimer ministro Besir Atalay precisó por su parte que unos cuarenta inmuebles se derrumbaron en Van, una provincia habitada mayoritariamente por kurdos.
Los expertos corrigieron al alza el dato inicial de 6,6 en la escala abierta de Richter y aseguraron que el temblor se produjo muy cerca de la superficie, a unos 5 kilómetros de profundidad, por lo que en el epicentro se sintió como un sísmo de entre 8 y 9 grados.
Inicialmente los medios locales no informaron sobre cifra de víctimas, sólo reportaron que los servicios de agua y de electricidad han sido suspendidos.
Varias instituciones estatales declararon alarma nacional.