Dom. Nov 10th, 2024

19 oct (EFE).- «Vaya pibe. Juegue como usted sabe y, si puede, tire un caño», le susurró el técnico Juan Carlos Montes el 20 de octubre de 1976, cuando faltaban apenas un puñado de días para que cumpliera 16 años.

El destinatario de aquella mezcla de orden y sugerencia era un adolescente con pasta de ‘crack’ llamado Diego Armando Maradona.

Mañana, jueves, se cumplirán 35 años de su debut en la Primera División del Argentinos Juniors y del comienzo de la historia más gloriosa del fútbol de este país.

Con la camiseta con el número 16, ‘Pelusa’ ingresó al campo de juego tras el descanso de un partido ante el Talleres de Córdoba y vaya si le hizo caso a Montes. Recibió su primera pelota de espaldas a su marcador, Juan Cabrera, le amagó y le tiró el balón por entre las piernas.

«La pelota pasó limpita y enseguida escuché el ‘ooooole’ de los hinchas, como una bienvenida», recordó Maradona hace unos años en su libro «Yo soy el Diego».

Como todos los días, ‘El Pibe de Oro’ había viajado en ómnibus junto a Don Diego, su padre, desde la humilde casa familiar de Villa Fiorito hasta el viejo estadio de madera del Argentinos Juniors, en el barrio porteño de La Paternal.

Maradona sustituyó a Rubén Giacobetti, privilegiado testigo del debut en aquel miércoles primaveral que cambió la ecuación del fútbol argentino.

«Yo era centro-medio y ese día Montes me puso por la banda izquierda porque quería contener a los volantes del Talleres, que tenía un gran equipo. No jugué bien y por eso en el entretiempo salí para que entrara Diego», aseguró Giacobetti a Efe.

«Maradona ya mostraba en las divisiones juveniles que era distinto, un fenómeno, pero todo el mundo sabe que no es fácil para un chico de apenas 15 años debutar y jugar en la Primera División», subrayó.

Luis Galván, un veloz zaguero del Talleres que en 1978 fue campeón mundial con la selección argentina, relató que aquel partido era dominado «claramente» por su equipo hasta que ingresó Maradona.

«A partir de allí cambió todo. Diego se puso el equipo al hombro y nos fueron arrinconando en nuestra portería. Terminamos defendiéndonos. No podíamos creer lo que hacía ese chico con una inmensa melena llena de rulos», señaló Galván.

Giacobetti, actual propietario de una inmobiliaria en el barrio de Villa Urquiza, definió a aquel Maradona como «un tipo tímido, callado y poco comunicativo».

«Siempre digo que él se expresaba con la pelota y el respeto se lo ganaba con las cosas maravillosas que inventaba dentro del campo», sostuvo.

El Argentinos Juniors perdió ese partido ante el Talleres cordobés por 1-0, pero el resultado y el rival fueron simples anécdotas.

Lo mejor, y lo peor, en la vida de este genio del fútbol de todos los tiempos llegaría después. EFE

Por ccarrera