Vie. Nov 22nd, 2024

4 oct (EFE).- Nadie duda en Argentina de que en las eliminatorias para el Mundial de Brasil 2014 la estrella de Lionel Messi debe guiar a la selección a cortar un largo ciclo de frustraciones que se potenció con la reciente eliminación en los cuartos de final de la Copa América organizada en su propia casa.

En el punto más alto de su carrera, el astro de 24 años sabe a su vez que las eliminatorias suponen otra gran oportunidad para acallar las voces que todavía le reclaman viejas deudas con la Albiceleste, en la que, ciertamente, no ha logrado gravitar de la misma manera que en el multicampeón Barcelona español.

«Me falta ganar con la selección», suele afirmar ‘la Pulga’, quien, al marcar su tanto 194, acaba de igualar al húngaro Ladislao Kubala como segundo máximo goleador de la historia del conjunto azulgrana.

Después de la eliminación en los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica, el mundillo futbolístico argentino comprendió que el jugador del Barcelona, considerado el mejor del planeta por la cátedra y por sus pares, debía reinar en la era pos Diego Maradona.

La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) encomendó el proyecto a otro campeón mundial en México’86, Sergio Batista, de bajo perfil, espíritu conciliador y de gran relación con ‘Leo’, a quien había dirigido en la selección sub’23 campeona olímpica en Pekín 2008.

Pero la simbiosis Messi-Batista no funcionó en la Copa América de Argentina. El equipo no dio la talla, ganó sólo uno de los cuatro partidos que disputó y, si bien tampoco perdió, fue eliminado en la tanda de penaltis por Uruguay, a la postre el campeón.

Pese a ser, por lejos, el jugador de mejor rendimiento de la selección en el torneo, a Messi, quien como en el Mundial no pudo marcar goles, le faltó un conjunto que lo contuviera y potenciara.

Las críticas no tardaron en aparecer y no fueron pocas las voces que advirtieron de que el astro del Barcelona estaba cansado de la selección argentina.

«Nunca pensé en dejar la selección. Para mí es un orgullo ser argentino y siempre voy a querer jugar por mi país. Yo sé que Dios me dará un Mundial. Por eso tengo esa ilusión», sentenció el delantero hace unos días para despejar todas las dudas.

Batista fue cesado y Alejandro Sabella, el nuevo seleccionador, agrandó las responsabilidades del ‘crack’ al designarle capitán del equipo por encima de otros futbolistas de gran presente, como Javier Mascherano, del Barcelona español; Ángel Di María y Gonzalo Higuaín, del Real Madrid español; Sergio Agüero, del Manchester City inglés; o Javier Pastore, del París Saint-Germain francés.

Es que Lionel Messi es, indudablemente, la figura excluyente de la selección argentina. EFE

Por ccarrera